El Día Mundial de la Libertad de Prensa fue proclamado por la Asamblea General de la Naciones Unidas el 3 de mayo de 1993. Se acogía así una recomendación adoptada por la 26° reunión de la Conferencia General de la UNESCO en 1991.
Ya transcurrieron 25 años y la fecha sigue plenamente vigente, pues como bien señala la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay: “Todo estado de derecho, respetuoso de las libertades individuales, especialmente la libertad de opinión, de conciencia y de expresión, se fundamenta en una prensa libre, independiente y sin ningún tipo de censura o coerción”.
Es claro que resulta fundamental contar con ciudadanos bien informados, con acceso transparente a las decisiones políticas que los afecten, y con posibilidad de conocer distintos puntos de vista, que les permitan formarse su propia opinión, libre y fundamentada. Y en esto, la prensa y los medios de comunicación en general –a través de sus distintos soportes- juegan un papel clave que no se puede desconocer.
En esta ocasión, la Unesco ha invitado a reflexionar sobre “Los frenos y contrapesos al poder: medios de comunicación, justicia y estado de derecho”. Hay plena coincidencia en ese sentido con los planteamientos que ha hecho el Colegio de Periodistas de Chile en cuanto a que no se puede construir una sociedad democrática, ni sostener ideales republicanos, si se mantiene la situación que limita hoy la libertad de expresión y de prensa. La falta de pluralismo y diversidad en los medios es una de esas limitantes, que sin duda afecta la posibilidad que tiene la ciudadanía de informarse y ser informada adecuadamente.
Y es ahí donde la labor que cumplimos los periodistas adquiere relevancia crucial en la defensa y mantención de un estado de derecho democrático; algo que, por cierto, exige altos estándares éticos, rigurosidad e independencia en su función.
Tarea que no está exenta de riesgos, según se constata a diario a diversas partes del mundo, con amenazas, atentados y asesinatos de periodistas. Sólo en lo que va corrido de este año en América Latina y El Caribe 16 reporteros han perdido la vida durante su desempeño profesional.
Es cierto que la libertad de prensa siempre estará en observación y será difícil alcanzarla en plenitud, ya sea por las cortapisas legales o administrativas que se le quiera imponer; por el escaso apoyo o incentivo que otorga el Estado para la creación de nuevos medios de comunicación o por los intereses de diversa índole, que se sientan tocados o afectados. No obstante, debemos seguir impulsando acciones para que este derecho no nos sea conculcado, negado o cercenado. Y precisamente, el 3 de mayo nos brinda la posibilidad de recordar a los gobiernos la necesidad de respetar su compromiso con la libertad de prensa, y a los periodistas nos invita a profundizar la reflexión sobre nuestro ejercicio profesional y compromiso con la sociedad, los derechos humanos y los valores democráticos.
María Eliana Vega Soto
Presidenta Consejo Regional Bío Bío
Colegio de Periodistas de Chile