Opinión

Cuidado con los cuentos chinos

Por: Diario Concepción 27 de Abril 2018

Los primeros miles de años de China, han sido descritos como convulsos, eufemismo eufónico que describe millones de muertos en conflictos interminables, el escándalo termina con una verdadera unificación, en 221, con la mano de hierro de los Qin, cuyo jefe, Shi Huangdi, primer emperador soberano, daría rápidas y continuas muestras de quien tenía el toro por las astas.

El primer proyecto, con clara vocación geopolítica, fue la construcción de una completa red de carretera y, además, en algo así como diez años, levantó una muralla de dos mil quinientos kilómetros, que sería por los siguientes dos milenios, en la imaginación de los chinos, el límite entre la civilización y la barbarie.

Preocupado por los apitutados de siempre, Shi Huangdi estableció una burocracia basada en el conocimiento de los candidatos que rendían tremebundos exámenes imperiales,  las pegas se distribuían por estricto orden de mérito, una cosa fatal, la resistencia se venció mediante el expeditivo sistema de torturar y quemar vivos a los cuatrocientos principales críticos del sistema.

El emperador fracasó, sin embargo, en su intento de ser inmortal, a pesar de los cientos de sabios trabajando día y noche para conseguirlo, murió a los doce años de haber fundado su imperio, por si las moscas, había mandado a hacer un ejército de terracota de ocho mil guerreros en tamaño natural, un metro ochenta de estatura, para cuidarle en la tumba, de algo habrán servido.

Con ese tipo de personas estamos tratando cuando se trata de firmar convenios comerciales y culturales con China, hay que reconocer que llevan en este negocio algún  tiempo y que no es cosa de dárselas de pillines, porque en esto de lidiar con gente que se las da de astutos, tienen una cultivada experiencia.

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