Opinión

Mala idea de dejar todo para mayo

Por: Procopio 25 de Abril 2018

La lengua madre está presente de muchos modos, no solo en el leer y escribir, sino para pensar y en el decir, hasta los sueños son en español, salvo excepciones, como puede ocurrir con gente que tuvo que aprender otro idioma como instrumento de supervivencia.

Las nuevas generaciones han encontrado alternativas, el mundo global que trae aparejado el discurso en otro idioma, el manual de instrucciones de la última tecnología y el glamour de olvidar hablar en chileno clásico y corriente, que aparece, en comparación, pedestre y tercermundista, tanto como para requerir una rápida traducción a otro más cool.

En medio de los desprecios, se pierde mucho de los significados, entre ellos, aquel de la asociación directa entre el desarrollo del lenguaje y la inteligencia, y el cultivo recíproco entre ambos, en un círculo virtuoso. Además, que se pierde viejos y probados saberes, la nunca bien ponderada sabiduría popular, una forma de amnesia altamente inconveniente.

Los proverbios, por ejemplo, como “No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”, inspirado en el título de una comedia española del siglo XVIII, de Don Antonio de Zamora, que cada año se representaba para el día de todos los santos, la idea era que algunos personajes ya muertos se aparecen a los vivos para transmitirles algún mensaje: bien para redimirlos o bien para castigarlos.

En este caso, el mensaje era el de los plazos y las deudas, para recordar a la gente sus compromisos o para que no se metieran irreflexivamente en dificultades, llamando a la responsabilidad y a la austeridad, mensaje que ya era útil para entonces.

Hemos dejado muchas cosas para mayo, el refrán viene como anillo al dedo, mayo está a la vuelta de la esquina. Se acabó el recreo.

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