Opinión

Los favorecidos de la fortuna

Por: Procopio 30 de Marzo 2018

Como es de público conocimiento, sobre todo en este país con linda vista al mar, la manera de hablar, es un indicador de las características culturales y socioeconómicas del que habla, a veces basta con una sola vocal más dispuesta o el manejo extraño  de una consonante. Categorizar mediante el lenguaje, es un cuento muy antiguo, tanto que los griegos llamaban “bárbaros” a los que no hablaban griego, sino que emitían otros ruidos, que ellos percibían como bar- bar- bar.

La otra manera de lucirse, es pasarse de culto y andar por el mundo a lo que es frase hecha, en cualquier idioma y atizándoles a sus desprotegidos interlocutores tremendas locuciones en latín, no todas las veces correctas, o en latín macarrónico.

Una de las más abusadas por los más impacientes es Audentes fortuna iuvat, que entienden como “La fortuna sonríe a los audaces”. Sin embargo, lo que quería decir Virgilio, el autor de la frase,  es  “A los que se atreven sonríe la fortuna”. No es lo mismo, “audentis” hace referencia a quienes se atreven a afrontar algo en su campo de acción, mientras que “audaces” se refiere a quienes osan, más allá de su control sobre la situación. Atreverse requiere ciertos requisitos y competencias, una apuesta basada en opciones razonables dadas las circunstancias, arrojarse a una piscina con agua. Ser audaz es una apuesta  al destino, al azar, a la suerte, piscina que puede o no tener agua. Como es lógico, el premio suele ser mayor, dado el riesgo, de varios miles de actores una estrella. Por cada emprendedor que triunfa hay 20 que se quedaron en la ruina.

Dejando al buen Virgilio en paz, la fortuna favorece a los que se atreven con algunos atributos en las manos, con buenas ideas en la cabeza y sin asco a la hora de trabajar en serio

PROCOPIO

Etiquetas