Era octubre del año 2014 cuando supimos de ti.
Escribieron que habían atacado unos perros grandes a una Poodle y debíamos ir rápido por ella, pues sus humanos en esas condiciones ya no la querían.
Nos organizamos y viajamos rumbo a Talcahuano, lo más rapido posible pensando que tu pequeña vida corría peligro en ese oscuro lugar.
Te tomamos o nos tomaste, no lo sé. Pero nos unimos en este camino y luchamos tanto como pudimos para ponerte de pie, hasta que los exámenes revelaron que sería imposible, que no eran mordeduras y eran más bien golpes de manos de quienes eran tu familia, golpes de manos de quien debían protegerte y te fallaron. Como tantos le fallan a seres de tu especie, seres nobles de alma brillante que se destruyen en frente a nuestros ojos.
No supimos qué decir, por segundos se nos nubló el mundo tratando de entender lo que sucedía, entender por qué un ser tan pequeñito tuvo que pasar por algo así.
¿Serías feliz en esas condiciones? – Te preguntábamos con la mirada, y al cabo de pocos días supiste respondernos.
Pues tan solo mírate, radiante y confiada en nosotros. Maravillosa, plena y única… Nuestra Fiona, la guerrera que le venció a la muerte como una valiente.
Valentina Vargas
Refugio Patitas sin Hogar
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