Opinión

Las oportunidades perdidas para bien

Por: Diario Concepción 13 de Marzo 2018

En una nueva muestra de imperialismo industrial, la compañía Coca-Cola prepara su primera bebida con alcohol en sus 130 años de historia,  la nueva lata, con la que la compañía experimentará en Japón, “Es una bebida enlatada que está hecha con un destilado llamado shóchú y agua con gas, además de algunos aromatizantes”, describe, eufórico, uno de sus directivos, ante un horizonte de alcohólicos impacientes. El nuevo y convocante producto tiene una graduación alcohólica cercana al 25%, a base de cebada, papas o arroz, de forma que es más débil que el whisky o el vodka y más fuerte que el vino o el sake.

Con algún grado de resguardo, el directivo asegura que esta bebida con alcohol será “única” en la historia de la compañía, cuyos productos salieron al mercado en 1886, ya que Coca-Cola siempre se ha centrado en bebidas no alcohólicas. A pesar de ello, lo califica como un “experimento modesto para una porción específica” del mercado de la compañía, agregando, para reducir la indignación de los más abstemios, “no creo que en el resto del mundo se espere ver este tipo de productos de Coca-Cola”.

Un directivo mexicano de la misma empresa declara no haber experimentado anteriormente en la categoría de bajo contenido de alcohol, pero ve en la iniciativa de los japoneses una fuente de inspiración, un ejemplo de cómo seguir explorando oportunidades a pesar de paralizantes  tradiciones seculares.

Con la natural modestia nacional, se ha perdido de contribuir al armamentario alcohólico mundial, con el consagrado y anónimo producto piscola, de larga data y acrecentada fama, que traspasa generaciones y bien puede ser parte del patrimonio bebestible chileno, puede ser todavía tiempo de elevar las querellas que corresponda.

 

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