Opinión

Casi lo logran

Por: Diario Concepción 18 de Febrero 2018
Fotografía: Diario Concepción

Jorge Porter Taschkewitz

No debemos ser tan ingenuos. Después del accionar inicial de este gobierno, con Peñailillo y Arenas a la cabeza y con un parlamento y sus comisiones obsecuentes, tras la salida de ambos personajes ha seguido una agenda semi oculta con un claro tinte gramsciano y del Foro de Sao Paulo.

Desprestigiar lo que se pueda a las instituciones vigentes que querían cambiar o destruir, de acuerdo con sus pensamientos sesenteros. Por ejemplo, la familia, el sexo ahora género, la religión, la constitución, la educación, algunas instituciones y todo lo que les molestara, pero con la audacia de parecer haciéndolo dentro de la legalidad.

Desarmaron la inteligencia en las policías y fuerzas armadas a tal punto que hoy existe una compleja situación entre Fiscalía, Carabineros y PDI. El terrorismo en La Araucanía sigue actuando frente a sus narices con atentados incendiarios casi diariamente, la delincuencia y el narcotráfico con noticias nuevas todos los días, pero no porque esté disminuyendo.

Adormecen al pueblo con bonos, con contrataciones masivas por parte del Estado, endeudaron al país sin aumentar en nada la productividad ni la inversión, no cumplieron con disminuir el déficit fiscal como dijeron en el programa de gobierno. Aumentaron innecesariamente el número de parlamentarios, sólo se favorece a la clase política.

El crecimiento económico cayó estrepitosamente, leyes mal preparadas y con baja aprobación de los chilenos. Algunos legisladores corruptos financiados de mala forma, de elevados sueldos y gastos mensuales y para las elecciones.

Del mediático dicho “hay que dejar que las instituciones funcionen” pasamos a que varias instituciones importantes han funcionado muy mal o decididamente no han funcionado. Especialmente las organizaciones estatales de menores y ancianos.

Adoran Cuba, Venezuela, Corea del Norte, adoraron a Rodríguez Zapatero en España, a Lula y a Rousseff en Brasil, a Correa en Ecuador, a Evo en Bolivia y a Kirchner en Argentina. Renovación cero respecto a los sesenta.

Escaso avance en los temas que realmente interesa a las personas, y ahora último, una carrera por aprobar malas leyes antes que termine el gobierno, sólo por terquedad ideológica.

Se apoderan de todo, hasta del Papa en forma pública, lo reciben y luego lo van a dejar, pero en privado quizás que dirán. Son expertos en comunicaciones vía eslóganes baratos y con ideas vendedoras, pero imposibles de financiar.

Perdieron las elecciones, y lo más probable es que pongan obstáculos a toda iniciativa. Es la forma de mal entender la política en Chile, por el envidioso hecho que al otro “le puede ir bien” y así no puedan recuperar el gobierno y sus pegas, o ahora con los nuevos iluminados cuya mayoría no le ha trabajado un día a nadie, pero creen que las saben todas.

Difícil que cambien, pero ojalá lo hagan reconociendo que sus ideas no han ganado en parte alguna.

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