Opinión

Designaciones y repartija

Por: Diario Concepción 05 de Enero 2018
Fotografía: Diario Concepción

Por: Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan

Eso es lo que ocurre con un cambio de gobierno, una gran y publicitada selección para completar la primera y segunda línea del ejecutivo y un reparto de todos aquellos cargos medios a los que llegan algunos ávidos de hacerse del poder y los beneficios que conlleva.

En los miles de currículos recibiéndose en las regionales y comunales se podrá ver a esforzados militantes y cientos de aparecidos de cada partido y movimiento político, asignándose grandes atributos para dirigir instituciones en las cuales hace rato ya se ha perdido el rol que cumplen, quedando solo para el recuerdo la plaquita institucional con la misión y visión largamente discutidas y normalmente pisoteadas.

Uno tiene la esperanza que en el gobierno siguiente las cosas sean distintas, pero claramente esto nunca cambiará y las instituciones que son cajas pagadoras seguirán exactamente en lo mismo con la mañosa justificación de que hay que pagar los favores políticos, los esfuerzos de campaña y claramente para tejer nuevamente las redes que aseguren que los recursos del Estado tengan una dirección clara: asegurar la próxima elección.

A esta repartija donde gente decente y capacitada quedará en lista de espera, le agregamos asuntos realmente chocantes como el nombramiento en cargos importantes de personas que perdieron elecciones de diputados o senadores, en una grosera burla al requerido y manoseado votante que claramente decidió, hace muy pocos días, que esa persona no es querida para un puesto de representación popular y después deben soportarla 4 años en cargos donde tienen incluso mayor poder.

También resulta muy negativo el levantar gente de otras instituciones como el poder legislativo o de los municipios lo que vulnera la voluntad popular doblemente. En el caso de los municipios se abre la opción a una gran pugna entre concejales, permitiendo llegue al poder gente con una votación mínima; y en el caso del parlamento, rellenándose cargos con gente que nadie conoce.

Y no dejemos fuera la gran cantidad de asesores que cada una de estas autoridades “arrastra” desde sus instituciones de origen por considerarlas de “confianza”, multiplicando los contratos a honorarios con sueldos bastante elevados y que aumentan irremediablemente el gasto fiscal, sin que nunca sepamos que realmente hacen.

Se ha puesto de moda esa frase que no hay una segunda oportunidad para dejar una primera impresión. Ojalá Piñera haya aprendido bien la lección y no convierta en un problema la selección de autoridades.

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