Opinión

De abstención y conformismo

Por: Diario Concepción 22 de Noviembre 2017
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Por: Andrés Cruz
Abogado, Magíster Filosofía Moral 

Más del 50% de quienes tienen derecho a sufragar no lo hicieron. Los “expertos”, los mismos que ningunearon al Frente Amplio y tuvieron a las encuestas como verdaderos oráculos, no se espantan. Dicen que en todos los países democráticos sería un nivel aceptable de participación. Así, parece haber pasado desapercibido el fenómeno de la abstención.

Sin embargo, se requiere abordar con urgencia la situación para evitar poner en riesgo la institucionalidad democrática ante la posible falta de legitimidad de las futuras autoridades elegidas. El silencio no sólo viene de los que no participaron en el proceso electoral, ya sea por pereza o por convicción, sino de los que ejercen algún cargo y deberían hacerse responsables de este contexto, demostrando una negligente indiferencia.

Todos parecen estar más interesados en llegar a ser electos en vez de detenerse a mirar la manera en que acceden a dicha función. Salvo observaciones de pasada, se olvidan de la situación hasta la próxima elección. Más grave resulta cuando al aplicarse la cifra repartidora para ver los cargos que le corresponden a cada lista, se optó por replicar la fórmula para cada subpacto o partido en competencia.

De este modo, candidatos con exigua votación terminaron accediendo al parlamento, con todos los cuestionamientos que esto trae respecto de su legitimidad ante la ciudadanía. Esta situación era previsible, ya que el mismo fenómeno se da para la elección de concejales en las municipales, pero a nadie le importó. Pese a lo impopular de la propuesta, debería evaluarse ante los efectos de una cultura que no asume la importancia de la democracia, imponer un sistema que contemple la inscripción automática y el voto obligatorio.

Es de esperar que los nuevos referentes no adquieran vicios que hasta hoy hemos visto en quienes han permanecido sin asco anquilosados en cargos públicos. Que eviten asumir posturas extremistas e intransigentes o profundamente ingenuas, para que contribuyan a corregir los defectos que se constaten en lugar de aprovecharse de ellos, con la excusa de que el fin justifica los medios, más aún cuando luego de estas elecciones el centro político ha resultado uno de los grandes damnificados.

De todos se espera algo más edificante que memes y mensajes odiosos, o boinazos financieros que lo único que pretenden es causar terror, insinuando que el mundo se va a derrumbar o la economía colapsará de optar por uno u otro candidato.

Etiquetas