Por: Jorge Porter Taschkewitz
Ingeniero Comercial UdeC
Son los últimos días para las elecciones de las autoridades políticas que dirigirán el país por los próximos cuatro años y para la aprobación del Presupuesto de la República para el año 2018.
Primer comentario, el corto plazo en que nos desenvolvemos y que nos impide visualizar y prepararnos para las grandes amenazas que trae el futuro.
Cuatro años para una Presidencia es insuficiente, y debiera ser con una reelección, si es que lo hace bien. Un año para el Presupuesto de la República es insuficiente, debiéramos combinar el corto y el mediano plazo, dando horizontes claros a programas e inversiones que sean bien evaluados y con evidencia de resultados semestrales positivos.
Segundo comentario, prioridades en el uso de los recursos. Primero comer, luego filosofar, es un dicho al tener recursos escasos frente a necesidades múltiples y cambiantes.
Están trastocadas las prioridades, se privilegia una serie de inversiones y gastos claramente diferibles ante necesidades básicas urgentes de sectores de la población.
Los ejemplos más claros de estas prioridades trastocadas son: el innecesario aumento del número de parlamentarios, la excesiva contratación en el sector público, la capitalización de TVN y canal cultural, los 60 servicios locales a crear por la desmunicipalización de escuelas y liceos, el financiamiento fiscal permanente solamente en Santiago del Transantiago y de Metro, el 70% de lo dedicado a I+D que se gasta en Santiago, nuevas organizaciones estatales propuestas en una legislación muy deficiente y sin una clara evidencia de cómo mejora la calidad de vida de los chilenos, y otros.
Sabemos que el crecimiento económico de un país es responsable del 70% de las personas que salen de la pobreza. El Estado y el sector privado deben conversar permanentemente para mejorar esta situación, y no seguir desconfiando uno del otro.
Las prioridades a desarrollar, con plazos determinados, deben ser: erradicar la pobreza en el país y eso significa que no haya ningún pobre en Chile incluidas las pensiones, liberar las condiciones necesarias y suficientes para la creación de empleos sustentables y con incentivos en regiones, suspender toda modificación en el Estado hasta que se inicie su modernización con objetivos claros, tomar las medidas para anticipar los impactos que trae el uso de las nuevas tecnologías, mejorar la calidad de la salud, la educación y la política, entre otras prioridades.
En la región, además, debemos exigir que en I+D se incorpore a las FF.AA, partiendo con Asmar Talcahuano y universidades regionales utilizando fondos de la ley del cobre; defender a las universidades regionales que están siendo discriminadas en el presupuesto 2018; debemos articular la macrozona desde el Maule a La Araucanía, articular conversaciones de colaboración en las comunas entre empresas, sector público y universidades, entre otras.