Opinión

Las mujeres, el desempleo y el olvido

Por: Diario Concepción 06 de Julio 2017
Fotografía: Diario Concepción

Por: Francesca Parodi
@franparodi

Desde finales del año pasado nos hemos acostumbrado a que, independiente de la desocupación total a nivel nacional, el desempleo femenino siempre experimente un alza mucho más fuerte. Lamentablemente, la precariedad laboral sigue marcando el destino de miles de mujeres que ven cómo el hilo se corta por lo más delgado.

El trimestre móvil marzo-mayo presentó nuevamente magras cifras de empleo. Si se hace una comparación interanual, se advierte un alza de 2 puntos porcentuales, quedando el desempleo a nivel nacional en un 7%. El gobierno, de manera brillante, salió a decir que “no es buena noticia que aumenten las cifras de desempleo”, declaración de Perogrullo a la que también nos hemos tenido que acostumbrar. Pero el problema, lamentablemente, sigue siendo el mismo. Mientras el aumento interanual fue de 2 puntos porcentuales en el desempleo total, para las mujeres fue de 7 puntos porcentuales, ubicándose en un 8%. Por su parte, el desempleo de los hombres se mantuvo invariable en 6,4%.

Pero, ¿por qué el desempleo femenino sufre más el impacto de un mal período económico? Los mismos datos del INE demuestran que una de las mayores caídas la tuvo el segmento Personal de Servicio Doméstico, donde las mujeres siguen siendo una amplia mayoría. En este sentido, es evidente que existen ramas de empleo que son más propensas a verse afectadas por el desempeño económico, siendo siempre los empleos menos calificados.

De esta manera, la principal solución parte por recuperar un ritmo de crecimiento que le devuelva el dinamismo a la economía, única forma de generar empleo. Pero al mismo tiempo debe haber necesariamente un tratamiento diferenciado para el caso del desempleo femenino, ya que su comportamiento se escapa de los parámetros apreciados en el caso de los hombres.

En este punto es donde la flexibilidad laboral puede marcar un punto de inflexión para las mujeres, al permitir su ingreso al mercado del trabajo de manera transversal y no solo al segmento más frágil que sufre con los vaivenes de la economía. De la misma forma, se debe incentivar la especialización de las trabajadoras en las diversas materias productivas, y así terminar con el sesgo laboral que determina que ciertos trabajos son solo para hombres y otros solo para mujeres.

A pesar de que muchos señalan que el crecimiento económico es algo que solo les interesa a los grupos socioeconómicos altos, la verdad es que quienes sufren mayormente las consecuencias de una economía deteriorada son los segmentos más vulnerables. En este sentido, las mujeres siguen siendo el grupo más postergado por el mercado laboral, algo que ya no es novedad, pero que aun así continúa de manera progresiva sin una respuesta eficaz por parte de los gobiernos.

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