Maritza Galindo Illanes
Académica de Ingeniería Comercial
Universidad San Sebastián
No basta con tener conocimiento en el área de desarrollo, también resultan fundamentales habilidades como el liderazgo y la capacidad de trabajar en equipo.
La intuición y el análisis de datos son complementarios al momento de tomar decisiones. Es así que el crecimiento de una PYME no es cosa de azar o suerte, sino que requiere mucho esfuerzo, trabajo y desarrollo personal.
A nivel mundial las cifras en torno al fracaso de las pymes son alarmantes. Se dice que independiente del país, el 80% de las pymes no sobreviven más de cinco años y que el 90% de ellas no llega a los 10 años. Dentro de un estudio realizado por el Ministerio de Economía relacionado con las condiciones en que surgen las empresas en nuestro país se destaca que los tres primeros años son los más complejos, estadísticamente cerca del 15% de ellas dejarán de existir el primer año, del resto el 15% el segundo año y el tercer año aproximadamente desaparecerá el 10%.
El estudio se enfoca principalmente en las condiciones de entrada de una empresa y cómo esto afecta su sobrevivencia, mencionando que: “Existen sectores donde el nivel de escala óptimo para operar es pequeño y en otros donde sólo empresas de gran tamaño son las más eficientes, debido a los altos costos fijos y, por lo tanto, las que tienden a sobrevivir”.
Consideremos que las personas que generalmente deciden emprender se encuentran llenas de ideas, motivaciones y poseen un gran manejo en su área de especialidad, sin embargo, la mayoría desconoce cómo desarrollar un negocio a nivel económico y organizacional.
Si agregamos a esto que existen pocos lugares donde enseñan a empezar desde cero una pyme, realmente nos encontramos con emprendedores inexpertos cuyas herramientas son insuficientes para desarrollar de manera óptima su emprendimiento. Por lo que nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las competencias básicas que debe tener un emprendedor para asegurar la sobrevivencia de su pequeña empresa?
Tipos de problemas
Para iniciar el análisis lo primero que debemos identificar son los motivos por los que una pyme no logra sobrevivir los primeros años. En el texto “Emprendiendo un Proyecto de Empresa” se identifica una lista enorme de motivos, sin embargo, se agrupan en cinco áreas: 1) Problemas para vender, 2) Problemas para producir y operar, 3) Problemas para controlar, 4) Problemas en la planificación y 5) Problemas en la gestión.
Considerando que “Todos los factores de fracasos antes señalados conducen a una única conclusión: la necesidad de que los empresarios de pyme se capaciten en los aspectos claves de la gestión de sus empresas”.
Las competencias emprendedoras entendidas como el conjunto de conocimientos y cualidades que debe tener una persona para crear y dirigir una empresa, se dividen en competencias técnicas (enfocadas en el conocimiento) y las competencias transversales (enfocadas en cualidades o comportamientos a nivel personal o profesional).
Debemos considerar que las competencias no son estáticas, es decir, evolucionan y cambian a medida que pasa el tiempo, a través de la experiencia y la participación de procesos formativos.
Diferencias en las capacidades
Competencias técnicas es un término iniciado en 1974, por Robert L. Katz en la Escuela de Negocios de Harvard haciendo referencia a las competencias asociadas al uso de herramientas y técnicas que el asalariado domina y que son necesarias para ejercer su trabajo.
Las competencias técnicas pueden ser adquiridas o desarrolladas por diversos medios: experiencia, formación inicial o continua que nos aporten los conocimientos necesarios para crear y dirigir una empresa.
Las competencias transversales son aquellas características que permiten a un emprendedor desenvolverse en un entorno organizativo, más allá de los conocimientos. Por nombrar unos ejemplos importantes que debe desarrollar o poseer un emprendedor se encuentran: la capacidad de adaptación, el emprendedor debe percibir que su contexto está cambiando y que se necesita adaptarse a estos cambios aunque implique en reiteradas ocasiones salir de la zona de confort. La capacidad de innovar, estar abierto a ideas nuevas que no necesariamente surjan de él. La capacidad de trabajar en equipo, recuerde que trabajando en equipo es cuando realmente se consiguen grandes triunfos. Para ello es importante que conozca las fortalezas y debilidades de sus empleados. La capacidad de liderazgo, muchos asocian esta capacidad a un “don especial” pero no es así, basta con desarrollar la habilidad de la escucha, la comprensión, la exigencia, el cariño, la tenacidad y el realismo. Todas ellas y muchas más desarrollables a través de distintos talleres.
Para finalizar, quisiera mencionar que toda persona que decide emprender debe identificar en detalle las competencias que posee, ser realista y evitar sobrevalorar sus capacidades, pues del análisis que realice comenzará un camino largo de formación cuyo objetivo será desarrollar las competencias de las que se carece. Debo advertir que el análisis que realice debe ser de manera continua ya que de esto dependerá la sobrevivencia de su empresa por más de tres años.