Opinión

25 años de la caída de la Urss

Por: Diario Concepción 26 de Diciembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-152.jpg

Ha pasado un cuarto de siglo desde la desaparición del imperio ideológico soviético. La utopía comunista, el sistema totalitario, la Europa sovietizada, colapsó hasta desaparecer en menos de una década. Es curioso que un evento de tal magnitud no ocupe un lugar estelar en la memoria colectiva, si consideramos su impacto en el sistema internacional desde 1947. 

Es cierto que su recuerdo palidece con la caída del Muro de Berlín -conocido también como Muro de Protección Antifascista o bien como "muro de la vergüenza"-, que tiene más épica y poesía como evento político.

El 11 de marzo de 1989 los lituanos votaron la independencia de la república, pero su ejemplo carecía de la potencia para inspirar a otros pueblos. Habría que esperar la elección de Boris Yeltsin al frente del Parlamento ruso, el 29 de mayo, a pesar de los intentos que hizo Gorbachov por impedirlo, para que se precipitara lo ineludible. Rusia inició el 12 de junio de 1990 lo que se conoce como el "desfile de las soberanías". Rápidamente vendría la de Ucrania, 16 de julio, que reveló el colapso de las estructuras estatales y las fisuras ideológicas del viejo imperio. A partir de ahí se instalaron en el Kremlin temas fundamentales acerca de la supervivencia del proyecto ideológico, la continuidad de su sistema político y el destino del último imperio del siglo XX. 

El 11 de julio de 1990 en el XXVIII Congreso del Partido Comunista de la Urss, Yeltsin anunció en un gesto teatral que se retiraba del partido para luego presentarse como candidato y a la postre ganar las primeras elecciones multipartidistas en junio de 1991. Su actuación rompió con las certezas ideológicas forjadas en tres cuartos de siglo.

El año 1991 fue el de la aceleración del reloj de la historia para la Urss. En el referéndum de marzo 9 de las 15 repúblicas votaron por su conservación. Luego vendría la firma del Nuevo Tratado de la Unión que sentenció una Unión Soviética como una federación mucho más flexible. Sólo el intento de las fuerzas marxista, en agosto, de tomar por asalto el poder interrumpió un proceso ya irreversible pero que permitió a Yeltsin proyectarse con un liderazgo para la nueva etapa. 

El 8 de diciembre, con la firma del Tratado de Belavezha, se declaró disuelta la Urss. Así cambió para siempre el equilibrio mundial con consecuencias que aún afectan. Como bien resumió Hubert Védrine, ministro de Asuntos Exteriores de la V República: "La caída del Muro de Berlín, es emoción; la Historia es la caída de la Unión Soviética".

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