Pamela Espinosa B.
Psicóloga, Magíster en Desarrollo Organizacional
www.consultoradesafio.cl
Los indicadores de bienestar de la sociedad chilena, de acuerdo a los análisis de la Edición 2016 de Panorama de la Sociedad de la Ocde, llama la atención en los “Nini”, ¿quiénes son? Corresponde a la cantidad de jóvenes entre 17 y 24 años, que “ni trabajan ni estudian”.
Sabemos que, de acuerdo al análisis del Banco Mundial, el panorama general de Chile, es que hemos sido una de las economías de más alto crecimiento en Latinoamérica en los últimos 10 años y hemos logrado reducciones importantes en los niveles de pobreza (14,4% a 11,7% casen 2015). Sin embargo, el ingreso per cápita está muy por debajo del promedio de los países de la Ocde (Chile US$21.980 Vs. promedio US$41.035). Además, somos el país más desigual entre quienes ganan mas y quienes ganan menos (Entre los 35 países miembros Ocde 2016, Gini Chile = 0,465).
Todo este panorama económico tiene una estrecha relación con lo que hacen nuestros jóvenes. El que seamos padres que permitimos que nuestra sociedad joven Ni estudie Ni trabaje, no sólo afecta a la economía sino que además, es un factor que contribuye a que se perpetúe generación.
Tenemos una responsabilidad como sociedad de ser conscientes y de impulsar las oportunidades para los más jóvenes con mayor igualdad. Pensemos en nuestros hijos, pero también en los jóvenes que rodean nuestro diario vivir. En Latinoamérica casi el 60% de los Nini’s provienen de hogares vulnerables y el 66% son mujeres. ¿Cómo podemos abrir mayores oportunidades? Si los jóvenes entre 17 y 24 años no trabajan ni estudian, se tiende a mantener la disparidad de género y de ingresos en la siguiente generación. Lo que aprendan y logren nuestros jóvenes, será la matriz que le dará forma a la distribución de oportunidades e ingreso para la próxima generación.
Desde otro punto de vista, ser un adolescente Nini es también un factor de vulnerabilidad frente a los desafíos propios de esta etapa, que se caracteriza por el cambio, el desarrollo de la autoestima y el sentido de pertenencia. Podemos motivar e impulsar hoy a nuestros jóvenes para que canalicen su creatividad y deseos de lograr cambios en proyectos, prestaciones de servicios y productos creativos.
Muchas depresiones adolescentes y desorientaciones vocacionales, se deben a la falta de actividad y a la falta de puesta en marcha de las iniciativas de independencia de los adolescentes. Conversemos con nuestros jóvenes acerca de sus proyectos e ideas, analicemos qué podemos hacer como padres para ayudarlos a materializar sus sueños, transformémonos en plataformas que impulsen el desarrollo de nuestros jóvenes y de nuestro país.