Opinión

Momento de Decisiones

Por: Diario Concepción 11 de Diciembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-560.jpg

Este fin de año, los cerca de 290 mil jóvenes que se inscribieron para rendir la Prueba de Selección Universitaria (PSU) se enfrentarán al proceso de postulación a las universidades chilenas. Ahí, con los resultados de este examen en la mano, deben optar por una carrera y una institución, que al menos en teoría, marcará su futuro.

La decisión no es fácil, pues si nos ceñimos a la premisa tradicional de que la carrera es para toda la vida, ese joven, a sus cortos 18 ó 19 años está definiendo en una sola evaluación su futuro, basándose en gran medida en suposiciones y en referentes externos, que poco podrían tener que ver con sus propias expectativas. Cierto es también que, con el paso de los años y la apertura a nuevas alternativas académicas, tanto en carreras y casas de estudio, como en la mayor posibilidad de becas y créditos, los postulantes a la educación superior se enfrentan a este desafío, en un escenario más acorde a la realidad actual.

La creación de universidades privadas, hace ya más de dos décadas y la consolidación en áreas específicas de los centros de formación técnica e institutos profesionales han permitido que hoy la mirada sobre el tema de la educación superior sea más amplia y sea éste un factor de cambio. Es la llamada movilidad social, una instancia que en lo inmediato permite a un sector mayoritario de la población acceder a formación profesional de calidad y en el largo plazo, dar un giro a sus vidas.

Hoy en Chile, aproximadamente 1.200.000 alumnos estudian en el sistema de educación superior, casi el doble de la matrícula total registrada en 2005 y sideralmente mucho más que los 160 mil alumnos que estudiaban en 1983. Hemos transitado a una velocidad meteórica desde un sistema en extremo elitista a uno de cobertura masiva, donde prácticamente todos quienes lo deseen pueden acceder a cumplir sus sueños de ser profesional tienen la posibilidad, pero en muchos casos existen historias de esfuerzo y resiliencia reales que merecen ser rescatadas y conocidas, pues la educación superior ha dejado de ser un privilegio de pocos.

A pocos días de que comience la etapa más intensa del proceso de admisión 2017 en nuestro país, la invitación es a que todos quienes este año han decido continuar su formación, lo hagan pensado en aquello que los hace felices, en lo que sienten que es su vocación y en lo que se proyectan. Que la opción que tomen sea informada, conversada y por qué no, también compartida y por sobre todo, basada en los aspectos académicos.

 

 

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