Opinión

El sobresueldo de os parlamentarios

Esta práctica de financiamiento incentiva el clientelismo y establece relaciones de dependencia económica de los partidos respecto de sus parlamentarios

Por: Diario Concepción 07 de Noviembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1517.jpg

Esta práctica de financiamiento incentiva el clientelismo y establece relaciones de dependencia económica de los partidos respecto de sus parlamentarios

 

A propósito de la declaración de gastos de Camila Vallejos, surgen segundas derivadas de la misma, que están estrechamente vinculadas al estado de situación de la política nacional, específicamente la glosa que precisa el aporte financiero que realiza a su partido, lo que desde un punto de vista ético personal es presentable.

Sin embargo, hay dos situaciones derivadas de esta generosidad y compromiso militante con su partido que resultan cuestionables y que son extrapolables a todos los parlamentarios. Primero que todo, constituye un financiamiento a un partido político, que se presenta como un aporte personal, que soslaya el origen estatal de estos recursos. 

Esta práctica de financiamiento partidario incentiva el clientelismo y establece relaciones de dependencia económica de los partidos respecto de los parlamentarios, lo que ha tenido como consecuencia el apagón sistemático y sostenido de las instituciones partidarias, con nula capacidad crítica de reflexión y de incidencia en la gestión pública, alejando a los partidos de los intereses ciudadanos, ya no son motores de la participación política y reduciéndolos a meros instrumentos electorales al servicio de los caudillos de turno.

La otra dimensión cuestionable es que esta declaración transparenta, evidencia y normaliza un sobresueldo que otorga el Estado de Chile a los parlamentarios, dado que ellos disponen de recursos financieros para un objetivo que no está contemplado en sus funciones y que tampoco cuenta con el conocimiento y la aprobación de la opinión pública. 

Nadie le ha pedido a los parlamentarios que financien partidos. Si nos interesa que avancen en la elaboración de leyes que respondan a las necesidades diversas de este país, eso requiere de asesorías especializadas, aplicación de instrumentos de diagnósticos sociopolíticos etc., y ahí se puede entender el uso de los recursos que reciben.

Finalmente, esta declaración le da la razón a la opinión pública, la que ha sostenido que los sueldos de los parlamentarios son sumamente altos. De acuerdo a un estudio elaborado por Ciper Chile el año 2014, la dieta de los diputados nacionales es la más alta de los parlamentarios de los países pertenecientes a la Ocde, con ingresos anuales aproximados de 150 millones de pesos, muy por sobre los 85 millones de pesos de un parlamentario japonés por ejemplo. 

Con estos antecedentes es indiscutible la necesidad de un debate a fondo de este tema, más que centrarlo y caricaturizarlo en la persona de Camila Vallejos, que al menos se ha dado la molestia de explicar en qué gasta este salario exageradamente alto, que por cierto no es presentable cuando en Chile el sueldo mínimo anual es poco más de 3 millones de pesos.

 

 

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