Opinión

Tenemos esperanza

Por: Diario Concepción 05 de Noviembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1550.jpg

Respecto a la abstención no hubo grandes sorpresas en la elección municipal. Existía esa sensación generalizada que mucha gente no iría a votar para no validar una actividad desprestigiada y que hace poco por cambiar esa percepción/realidad.

Se podrán escribir grandes ensayos del porqué de esta gran desafección de la población con la política y los analistas partidistas podrán culpar a la gente de muchas cosas, pero votar es un derecho y como tal lo ejerce quién quiera, y respecto a eso solo la política, como actividad esencial de la democracia, es la encargada de encantar a los votantes con propuestas serias y con un cambio radical en la forma en que enfrentan los numerosos actos de corrupción, que para mi gusto es el fondo del problema de participación.

Aun con la escasa participación, los resultados no han sido del todo malos. Pequeños grupos de votantes, sin organización alguna y sin orden de un partido, sacaron de sus puestos a alcaldes ya formalizados o simplemente acusados de corrupción. Obviamente no se logró expulsar a todos, pero al menos sacaron a aquellos que se han visto envueltos en casos emblemáticos, como el de los involucrados en el caso basura: Vittori y Plaza. 

Posiblemente en nuestra región varios salieron por asuntos menores o investigaciones en curso, pero se ha demostrado que la gente, aun con baja participación, está reaccionando a temas que sabe que son importantes para nuestro futuro, y la corrupción es uno de ellos.

También ha sido una gran noticia saber que la mala gestión es un asunto que importa y los medios de comunicación y los medios electrónicos como Twitter y Facebook han informado a la gente de autoridades que no son aptas. Casos como Santiago, Coronel, Talcahuano o Hualpén muestran en parte que la gestión fue deficiente y se requería un cambio. Llevar mal la contabilidad, abusar de los presupuestos o no pagar la previsión de los funcionaros, son temas que cada vez adquieren más relevancia.

Por último, se ha mostrado que los abusos de poder y de los recursos públicos son algo que los votantes no están dispuestos a aceptar. Largos y reiterados viajes de capacitación y jugosos viáticos terminan indignando, y aunque en muchos casos no les podremos quitar lo comido y lo bailado, al menos les quitaron el cargo. Quizás hay poca participación y queda mucho por hacer, pero muchos de los que votaron tienen clara la película, y por lo pronto la corrupción no está pagando, al menos en votos.

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