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Opinión: "La deuda con el crecimiento regional", por Renato Segura

Por: Diario Concepción 04 de Noviembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1573.jpg

Renato Segura
cerregional.cl

El Gobierno ingresa al último cuarto de tiempo que dura su gestión. La oleada reformista, que se inicia el año 2014 la nueva administración, está terminando antes de lo esperado.

En efecto, los ideólogos del cambio necesitaban un mínimo de 8 años de gobierno para consolidar las “grandes transformaciones que permitirían mejorar la calidad de vida en el Chile de todos”.

La teoría de las carencias del modelo de crecimiento, vigente durante los últimos 40 años, ameritaba una cirugía mayor, tarea que fue calificada por la autoridad como “un trabajo muy ambicioso”.

Al igual que el refrán, “quien mucho abarca, poco aprieta”, el equipo de gobierno mostró un alto grado de improvisación y descuido al momento de elaborar los proyectos de reforma. La economía del país, resintió los cambios introducidos afectando el buen funcionamiento del centro neurálgico de la actividad económica: la inversión.

En este ambiente, el desenlace era previsible. Los menores ingresos en las arcas fiscales, tarde o temprano, afectarían la estructura misma de los cambios propuestos. Hoy día, pocos creen y quieren perseverar en la agenda reformista del gobierno.

La probabilidad de un cambio de visión de gobierno, se ha instalado con fuerza. El bloque opositor, como parte de su agenda de trabajo, ha comenzado a trabajar en un futuro programa orientado a revertir los cambios realizados; con la confianza que, la mayoría de los electores del país, ven con buenos ojos dicha moción.

El Ejecutivo, al parecer, ha tomado nota. La rapidez con la cual se nombró al Presidente del Banco Central, un hombre cercano a la mandataria en ejercicio, dan cuenta que, la prioridad de lo que resta de gestión, estaría centrada en recuperar el ritmo de crecimiento del país.

Una buena coordinación de política económica (fiscal y monetaria) ha demostrado tener efectos favorables en la actividad económica. Es, por tanto, factible esperar un repunte en el ritmo de crecimiento de la economía durante el 2017. La duda es saber si, dicho repunte, será suficiente para devolver la confianza de la población en apoyar la continuidad de las transformaciones propuestas.

Mientras ello ocurre, los daños que ha generado la deuda de la gestión pública con las metas de crecimiento, se comienzan a sentir con fuerza. El aumento de los campamentos y el cierre de las líneas de fomento e innovación, por falta de recursos, son la punta del iceberg de los efectos colaterales que, la Región del Bío Bío, deberá enfrentar en el corto plazo.

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