Opinión

Qué mal nos hace el 11

Por: Diario Concepción 15 de Septiembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-2921.jpg

Ya estamos acostumbrados a que las redes sociales sean un foco de descalificaciones en donde el debate de ideas está prácticamente ausente, situación que se exacerba aún más en fechas controversiales. No obstante, las redes sociales solo son la externalización amplificada de lo que somos como individuos; por eso llama la atención el nivel de polarización que aún podemos ver entre los chilenos.

El pasado 11 de septiembre las redes sociales estuvieron plagadas de imágenes, memes y comentarios sobre el golpe de 1973. Los usuarios de Facebook y Twitter contestaban airados los comentarios que se hacían tanto a favor como en contra de aquel suceso, llegando a un punto en el que simplemente se prescinde de argumentos y se pasa a las descalificaciones, tanto en la derecha como en la izquierda. Lo cierto es que el 11 es una fecha que aún nos divide como país y que, lamentablemente, saca lo peor de nosotros; volviendo a dividir artificialmente a la sociedad entre ellos y nosotros. 

Pero a más de cuarenta años de aquellos hechos, ¿por qué seguimos atrapados en la misma discusión? La respuesta es sencilla. Hay sectores a los que le conviene mantener una tensión permanente frente a este tema, ya que han construido todo un relato en torno a las causas que lo desencadenaron, y sin esta polarización su permanencia en el espacio político se vería ampliamente debilitada, hablo de ambos extremos de la escala ideológica. Es la falta de ideas de futuro lo que ha llevado a que nos estanquemos en las lógicas del pasado, y en este juego de suma cero han logrado arrastrar a una parte de las nuevas generaciones que repiten y difunden viejas consignas en las redes sociales.

Si bien las nuevas plataformas son un canal importante de libertad de expresión, esta no se puede entender ni ejercer sin responsabilidad. No se trata de censurar las opiniones ni de olvidar el pasado, sino de comprender que el futuro del país depende de la capacidad que tengamos de mirar más hacia delante y menos hacia atrás. Y esa responsabilidad recae principalmente en quienes conocen los errores del pasado, pero no cargan con la mochila de haber sido parte de ellos; una generación con opinión clara respecto a los hechos históricos, pero principalmente con ideas de futuro; teniendo en cuenta que el pasado se recuerda, pero no se vive.

Las discusiones que vemos en redes sociales son un síntoma de que todavía nos queda mucho por superar. Para que esto sea posible, es necesario que ciertos sectores dejen de incentivar la polarización de los chilenos y no sigan anclados a una discusión que no representa beneficio alguno para el país. Mientras esto no ocurra cada 11 de septiembre las redes sociales nos recordarán cuán mal nos hace quedarnos atados al pasado. 
 

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