Opinión

Opinión: "Peña Nieto y Trump, un error histórico", por Constanza Fernández D.

Constanza Fernández D. Abogada y analista internacional Directora Ccias. Políticas y Gestión Pública USS

Por: Diario Concepción 08 de Septiembre 2016
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Constanza Fernández D.
Abogada y analista internacional
Directora Ccias. Políticas y Gestión Pública USS

Como ‘un error histórico’ han calificado los mexicanos la invitación que su presidente, Enrique Peña Nieto, efectuó al candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Algunos incluso han sostenido que fue un acto de traición, con el cual el mandatario pisoteó la dignidad de su pueblo.

Si bien es cierto que es tradición que el presidente de México invite a su país a los candidatos a la presidencia estadounidense, creo que abandonar la tradición habría tenido un efecto más positivo que mantenerla. El abrirle las puertas a un candidato demagogo que hace campaña denigrando a los mexicanos solo puede traer consecuencias negativas para Peña Nieto.

Es más, el error no estuvo solo en invitarlo, sino que en el trato que se le dio. Trump fue recibido como presidente y así actuó. Él marcó la agenda, aprovechando la oportunidad como antesala a su discurso sobre inmigración ilegal planificado para esa misma noche en Arizona. En el discurso enumeró diez acciones para enfrentar la inmigración, siendo la primera ‘la construcción de un muro físico impenetrable en la frontera sur’. Y recalcó que México pagará por el muro.

El periódico Reforma señaló en su portada “Usa Trump a EPN”. Un columnista en el diario El Universal cuestionó el por qué su presidente prestó Los Pinos como escenario para el relanzamiento de una campaña que iba a la baja. Incluso la versión en español de The New York Times tituló “Tras un año de burlarse de México, Donald Trump visita hoy el país”. Pero Peña Nieto, haciendo oídos sordos al mensaje de sus ciudadanos, escogió el camino de la no confrontación. Con un mensaje tibio dijo que los mexicanos se sienten agraviados y dolidos por las declaraciones de Trump, pero se enfocó en destacar las relaciones comerciales entre ambos países y cómo estas debíanmantenerlos unidos. Esto lastimó profundamente a un pueblo que esperaba un discurso fuerte y claro, en el que se condenara la incitación al odio que ha marcado la campaña de Donald Trump y se le exigiera al menos una disculpa pública.

Peña Nieto no solo perdió la oportunidad de defender a su pueblo, también demostró no ser el líder que sus ciudadanos necesitan, especialmente si Trump resulta ser elegido presidente.

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