Opinión

Los secretos de Nadia

Por: Diario Concepción 18 de Agosto 2016
Fotografía: imagenPrincipal-3683.jpg

Muchas veces, al ver los desempeños fascinantes de los atletas o el éxito que tienen otras personas, caemos en la trampa tendida por la inseguridad y la falta de fe en nosotros mismos de externalizar las causas de aquellos logros. Resulta fácil encontrar explicaciones para nuestros bajos desempeños, para la flojera, la falta de esfuerzo y la baja capacidad de aprendizaje que muchas veces tenemos; nos defendemos diciendo "ellos tienen suerte" , "a ella se le da todo fácilmente", "no ha tenido la vida que he tenido yo" y nos justificamos de nuestras inseguridades, de preferir pasar horas frente al televisor, porque en el fondo tememos salir al mundo a aprender y a arriesgarnos. 

Quiero citar esta vez a quién fue un ídolo inspirador para mi vida: Nadia Comaneci, la primera gimnasta en alcanzar una puntuación perfecta de 10, en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976. En una entrevista realizada el 2014 por la cadena Euronews, la legendaria gimnasta rumana habló de la motivación como factor clave en la calidad de su trabajo. Cuando le preguntaron sobre su visión respecto a los entrenamientos que le imponían, considerados excesivos para una adolescente, a sus 54 años ella responde: 

"¿Demasiada exigencia? Ellos me pedían mucho trabajo y esfuerzo, pero yo daba el doble, no tengo ninguna queja al respecto. No tengo problemas con la exigencia ni con el trabajo duro, creo que es la manera de llegar a un alto nivel de desempeño, nunca he buscado el camino más fácil para lograr mis metas y estoy orgullosa de ello. (…) No hay secreto: antes de realizar mis rutinas en las competencias de gimnasia en las que obtuve la máxima calificación, no sentí nervios, no sentí inseguridad; mi confianza proviene de la tranquilidad que me da la calidad del entrenamiento previo, saber que lo he dado todo, me daba total seguridad. Ni siquiera me fijaba en las puntuaciones de los jueces, ya que la primera en darse cuenta de si lo había hecho perfecto era yo, junto con el esfuerzo siempre ponía mi toque personal. Aprender pero siempre rescatar mi esencia individual".

La capacidad de focalizarse mentalmente en lo que queremos lograr y de orientar nuestros pensamientos y conductas permanentemente hacia el objetivo, va formando la capacidad de creer en uno mismo, de sumar nuevas habilidades, superar las derrotas y mantener una actitud y emociones positivas, no obstante las críticas de los demás o las dificultades de la vida.

Atrevámonos a entregar el esfuerzo que significa lograr nuestras metas. Planifíquese, anote lo que quiere lograr y establezca un plan detallado. Acepte la crítica de quienes son mejores que usted, no se defienda justificando el éxito que ellos han tenido, ni envidiando los logros de los demás. Este comportamiento enmascara una baja autoestima. 

Si es así atrévase a mirarse y a ser mejor, de seguro el esfuerzo vale la pena. Y recuerde, usted no está viviendo un ensayo general de su vida, es esta la única vida que poseemos y la oportunidad de llevarla al máximo, la tiene solo usted. No espere, salga y comience hoy a trabajarse a usted mismo para lograr sus sueños.

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