Opinión

Opinión: La Fea Belleza, Biennale di Venezia 2016, por Claudio Arce

El profesional indicó que no está claro qué ocurrirá con las compras en los carritos autorizados cuando al momento de la transacción el permiso municipal se encuentre vencido.

Por: Diario Concepción 25 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4328.jpg

Como arquitectos, vivimos buscando la belleza, entre otra serie de factores constituyentes de una obra de arquitectonica. La valoramos, la exigimos y la premiamos en concursos.

Entendiendo a la belleza  como una serie de partes integradas, tales como; la función, la estructura, la sustentabilidad, la calidad de vida que genera, lo ambientalmente beneficioso que resulta para sus usuarios y varios otros coeficientes, sumados nos dan como resultado un buen proyecto, ya que “nos pagan por diseñar belleza”.

Las ciudades mas bellas se distinguen por las proporciones y cánones estilísticos que se encuentran grabados tanto en su arquitectura, como en sus plazas, parques y calles. Todos quieren recorrer Florencia, Brujas, San Petersburgo o Praga, por nombrar ciudades de memoria común. En cuanto a nuestra realidad local, ciudades históricamente feas de nuestro país se han ido hermoseando paulatinamente, con el firme propósito de mejorar a su vez la calidad de vida de los ciudadanos que viven en ellas. Hasta ahí todo bien.

Este año, el que debería ser el resumen estilístico de la arquitectura mundial, la Bienal de Arquitectura de Venecia,  inaugurada el 28 de junio, sorprende con la aparición de una constante; la discusión entre el valor de lo social y el valor de la belleza en la arquitectura, extrañamente presentadas como visiones contradictorias, que difícilmente pueden dialogar como una sola unidad.

Para entender esta contradicción, es bueno remitirse a las definiciones planteadas por Humberto Eco,  historiador ysemiótico italiano, conocido en Chile por el libro y la película “El Nombre de la Rosa”. Buscador de la belleza como expresión cultural además de autor de “Historia de la Belleza” y "La Historia de la Fealdad”, fallecido hace menos de seis meses. Esboza que la historia de la belleza,  así como la historia de la fealdad han estado siempre ligadas. Expresa que no existe la belleza, si es que no existe la fealdad para compararla.

Definir lo {Bello} o lo {Feo} resulta culturalmente muy complejo “A un Occidental, una máscara ritual africana le parecería horripilante, mientras que para el nativo le podría representar la divinidad benévola. Por el contrario, al seguidor de una religión no occidental le podría parecer desagradable la imagen de un Cristo flagelado, ensangrentado y humillado, cuya aparente fealdad corporal inspira afecto y emotividad a un Cristiano.”  

En parte Eco, nos tratar de explicar lo que resulta difícil definir "qué es belleza y qué es fealdad". Además debemos agregar un importante distingo, la belleza no tiene que ver con el lujo en la gran mayoría de los casos. Y por otra parte la fealdad no tiene que ver con lo social, y muchas veces lo social termina teniendo gran belleza y lo digo desde la construcción estéticas de nuevas imágenes y propuestas.

Así mismo y coligado a ciertos críticos que han rescatado lo social como una nueva corriente o tendencia, aparece algo así como el “Neo Feísmo” promoviendo pensamientos como: “si el proyecto que es bello, es insignificante, si el proyecto es feo, es entonces inteligente y socialmente responsable” generando un contrasentido enorme en los beneficios que la belleza ha generado como inspiración humana.

Esta se podría definir como una arista más en la lucha y nada de soterrada que libran representante de una visión asociado a los Star Architecs o arquitectos estrellas, con el descontento de muy buenos, pero frustrados arquitectos que han sido remitidos a un segundo plano, frente a los arquitectos más mediáticos y no necesariamente mejores. A los que se suman obviamente con los arquitectos cercanos a lo social, a las vías alternativas o a ciertas las visiones ideológicas.

En Arsenale, al segundo día de la bienal se produjo un echo que podría aparecer inicialmente como una pequeña escaramuza intelectual, ya que se evidencio lo latente del conflicto cuando en la charla de infraestructura, dirigida por el talentoso curador de esta bienal y arquitecto, que demostró que se pueden hacer viviendas sociales de calidad y con belleza, el Chileno y ganador de Pritzker de este año Alejandro Aravena junto a un destacado panel integrado por figuras de la arquitectura mundial como Rem Koolhaas, Norman Foster, Andrew Makin y el presidente de la Biennale di Venezia, Paolo Baratta. Fueron duramente interpelados por la falta de involucramiento de los expertos en las necesidades sociales y otras derivadas. Produciendo un abrupto corte y la “escapada” de Foster y Koolhaas.

Para entender el contexto de la Bienal, ésta se emplaza en dos ubicaciones principales Giardini y Arsenale. Complementada con una serie de muestras secundarias repartidas por distintos palacios o galerías de Venecia y otras Islas como la Giudecca.

A la vez en Giardini, como en haciendo un contrapunto y con una mirada distinta de esta discusión, en el pabellón central de la muestra, aparece una de las propuestas imperdibles de esta Biennale, la de los hermanos Portugueses de Manuel y Francisco Aires Mateus.

En una sutil y simple sala oscura, en la cual recortados sobre un fondo negro esta la silueta de los volúmenes y espacios de sus distintas obras. Con esa misma sutileza ellos explican su preocupación ante los nuevos cuestionamientos a la arquitectura; “es muy interesante ver que recientemente, una de las cosas por la cual los arquitectos reciben mayormente criticas, es por la belleza de sus obras” y plantean que se debe a que ciertos arquitectos, por una simple razón, "miran la belleza desde un punto de vista muy banal, recargando de recursos estéticos los edificios, como una manera de esconder la falta de un contenido teórico”.

Las posiciones criticas  alcanzaron los tributos a la simplicidad sin efectismo expresados en la arquitectura minimalistas, austera y racional del Japonés Tadao Ando. En las laminas de la sutil intervención sobre la emblemática punta de la Dogana, (edificio donde se emplazaban las antiguas aduanas de Venecia) colgaba un letrero que decía “Tadao Ando Venecia no se vende”.

Siendo que este fue un proyecto que logró  salvar para Venecia este significativo edificio y que definitivamente se transformo en un magnifico centro cultural, como podría ser el antiguo mercado de Concepción.

Otra reflejo de lo que es la investigación arquitectónica es TRANSSOLAR una “lluvia de luces” que declara “la sustentabilidad, no es otra cosa que el riguroso uso del sentido común”, basado en estudios del aprovechamiento solar para el proyecto del nuevo Louvre de Abu Dhabi. Realizado por el estudio de Jean Nouvel o la exhibición póstuma en el Palazzo Franchetti de la Fondazione Berengo del trabajo de Zaha Hadid, hace poco fallecida. Este es un espacio culmine de exploración elegante de la belleza que las líneas fluidas pueden construir y por ende una de las arquitectas mas criticadas y a la vez mas admiradas a nivel mundial.

En definitiva son éstas búsquedas que impulsan una mejor calidad de arquitectura, y obviamente no las podemos privar de uno de sus atributos principales, la belleza. Y menos como lo dijo Paolo Baratta: “no se puede hacer responsable a los arquitectos de los deberes que los políticos tienen en lo que respecta a las necesidades sociales, en generar mejores ciudades”. Sería como cuestionar a los médicos por salvar vidas, pero a la vez hacerlos responsables de la escasez de hospitales.

No en vano los arquitectos por formación o deformación siempre buscamos entregar mejores soluciones y calidad de vida para todos los ciudadanos, y ojalá siempre componiendo junto a la canónica belleza.

 

Claudio Arce
Arquitecto, ex presidente del Colegio de Arquitectos

 

 

Etiquetas