Opinión

Con ganas de llorar

El municipio, a través de la Dirección de Desarrollo Comunitario, se comprometió a llevarle un colchón nuevo para reemplazar el que ya tiene por uno mejor, mientras que el Padam del Hogar de Cristo velará por sus controles de salud.

Por: Diario Concepción 23 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4396.jpg

"La prioridad de nuestro trabajo es el crecimiento" fue la frase de la Presidenta Bachelet, recogida por medios de prensa nacional, que borra con el codo 48 de los 50 Compromisos asumidos durante los 100 primeros días de Gobierno.

Si se revisa el documento de 33 páginas, que está fechado en octubre de 2013, las carencias del modelo de crecimiento, que en dicho año llegó al 4,1%, se han profundizado. La proyección de crecimiento de la economía chilena para el año 2016, de acuerdo a estimaciones del FMI, llega al 1,7%, cifra que está muy lejos de los niveles de crecimiento que Chile necesita para consolidar su senda de desarrollo en el largo plazo.

A pesar de la afirmación de la primera mandataria, la prioridad de su gobierno no ha estado centrada en el crecimiento económico. De las cincuenta medidas consideradas para los 100 primeros días de su gestión, y de cuya semilla hoy día cosecha el país, el crecimiento económico quedó relegado a la última página (la 33), donde se incluyeron 4 iniciativas, de las cuales en solo dos (las 47 y 48) se menciona las medidas para sostener el crecimiento. En dichas medidas se reconoce la pérdida de competitividad y el déficit de energía que enfrenta el país.

Para el primer problema, se anuncia la "Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento Económico", a partir de 2014, de cuyos resultados, a dos años de su promulgación, se desprende que los esfuerzos han sido estériles para lograr que Chile tenga una "economía realmente moderna y dinámica". En el segundo problema, para el cual se anunció una "Agenda de Energía", sí se han observado avances en su implementación, aunque sin los resultados esperados en la validación social de los proyectos.

Sin embargo, mientras el negativo efecto del bajo crecimiento ha comenzado a permear al mercado del trabajo, la sociedad observa con incredulidad el comportamiento de los grupos controladores, quienes han mostrado una desafección brutal respecto del futuro del país, evidenciando que no son merecedores de la posición de privilegio que ostentan, la cual es prohibitiva para la inmensa mayoría de la población.

Bajo esta realidad, no es de extrañar las ganas de llorar de muchos, sobre todo de aquellos en quienes recae el costo de la errática forma de conducir los destinos del país. Por lo tanto, el llamado a "más trabajo, menos lloriqueo" del Ministro de Hacienda, va a tener eco en la medida que la sociedad observe un cambio de actitud de la élite gobernante, en el sentido de anteponer los intereses superiores del país por encima de los créditos que otorga el ejercicio del poder.

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