Opinión

Solo esperar

Por: Diario Concepción 02 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4955.jpg

Qué hacer para subir en las encuestas, puede ser la gran pregunta que se hacen en palacio. Posiblemente el tema no tenga ya que ver con las grandes reformas y tampoco con su deficiente implementación y mala comunicación. Cuesta encontrar gente que honestamente crea que no era necesaria una reforma tributaria que genere mayor aporte de quienes más tienen; o una reforma profunda al sistema educacional para mejorar su calidad, o una reforma laboral que busque nivelar la cancha entre empresas y trabajadores. O una reforma previsional que mejore las escandalosas y míseras pensiones de la gente más pobre o una del sistema de salud que reduzca el acceso limitado para gran parte de la población .

Definitivamente el problema del gobierno y su relación con la gente no está en lo que han soñado cambiar. Más bien esta en quienes están a cargo del cambio y su actitud respecto a los problemas que se han presentado sobre la marcha y principalmente el agotamiento que siente la gente respecto a la actitud de las autoridades con la corrupción.

No solo el caso Caval o el trucho financiamiento de la política. No solo el MOP Gate, los sobres con dinero, o Penta, Soquimich o Corpesca. No solo Orpis, Golborne o Longueira o los políticos de izquierda asociados al caso falsos exonerados. Es la actitud, la prepotencia de muchos, el silencio de otros, que permitieron que ocurriera y que no hayan dicho y hecho nada por detenerlo o denunciarlo a tiempo.

Ha faltado un liderazgo que tomara la corrupción como "su" bandera de lucha, asumiendo que este es el gran problema que enfrentamos, y que es lo que genera la apatía y el descontento. Y oportunidades para asumir ese liderazgo han existido.

Lo que vemos es una negación del problema, seguir avalando actos de corrupción a pesar de los hechos. Es seguir llevando en la plantilla de candidatos, a corruptos declarados, investigados y querellados. Porque, a pesar de todo, siguen mirando a los votantes por sobre el hombro, asumiendo que finalmente alguien votará por ellos validando, a su entender, el vicio que existe.

Solo resta seguir confiando en los 3 o 4 fiscales valientes que ven en esto un problema país. Y lamentablemente deberemos seguir esperando que aparezca un verdadero líder que tome el toro por las astas y nos pegue un remezón que haga que el país reaccione de una vez.

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