Si bien siempre es imposible determinar con exactitud cuánto lloverá en un tiempo determinado, lo cierto es que hay cálculos que permiten hacer una proyección y trabajo preventivo.
Ni siquiera empieza el invierno y varios sistemas frontales han afectado a la Región con fuerza, el más reciente la tarde-noche del pasado viernes. Cuando ocurre eso, hay imágenes que lamentablemente son recurrentes: calles anegadas, gente que no puede transitar con normalidad e incluso ramas y trozos de árboles caídos en algunas localidades.
Si bien es muy complicado hacer una proyección exacta de cuánta lluvia caerá en un espacio de tiempo determinado, sí hay cálculos bastante cercanos, que permiten hacer un trabajo preventivo importante en diferentes ámbitos. Hay temas, como el correcto aseo y limpieza de las caídas de agua que se ven en cada esquina de una calle, que debe ser prioritario y es una tarea que no sólo le corresponde a las autoridades, sino que también es responsabilidad de la ciudadanía. Lamentablemente, es común ver esos espacios con basura, lo que obviamente cuando empieza a caer el agua impide que cumplan su función correctamente, dejando pozas que perfectamente se pueden evitar.
De acuerdo a la Dirección Meteorológica de Chile, las precipitaciones declinarán en los próximos días, y el martes hay pronosticado un nuevo sistema frontal. Es importante siempre sacar lecciones de lo que se vive con este tipo de fenómenos, y la tarde-noche del viernes, cuando hubo fuertes precipitaciones varias horas, se pudo apreciar un colapso importante sobre todo en el tránsito vehicular y peatonal, pues hay zonas que quedan completamente inundadas cuando se producen este tipo de lluvias.
Un ejemplo de esa labor preventiva es lo que realizó la CGE, que multiplicó los recursos para atender contingencias y posibles interrupciones de suministro. Ese plan contempla acciones como la preparación de los centros de operación, el despliegue de brigadas de atención de emergencias tipo SAE (Servicio Atención Emergencia) y los equipos de atención domiciliaria, para abordar las interrupciones de servicio que podrían presentarse, de acuerdo con el pronóstico meteorológico, principalmente por la acción del viento o la caída de árboles, ramas u otros objetos sobre la red eléctrica.
Es importante que otros servicios y autoridades, y también la ciudadanía en general, puedan hacer esa labor de proyección desde sus respectivas áreas, y así minimizar los efectos de un frente de mal tiempo.