La erradicación de los incendios forestales en el Biobío, y en el territorio nacional, depende de las personas al tomar conciencia y evitar conductas de riesgo que puedan desencadenar catástrofes como las experimentadas en febrero de 2023.
A casi un año del inicio de la terrible catástrofe que dejo 200 mil hectáreas y más de 20 muertos, son múltiples la lecciones y precauciones que la Región del Biobío ha tenido que adoptar para evitar la gran cantidad de incendios forestales que se registraron durante febrero de 2023.
Y es que, a lo largo del año pasado, comunidades, autoridades e instituciones comenzaron distintas iniciativas para prevenir, o combatir de forma oportuna, cualquier tipo de siniestro con aquellas características. Una de las acciones, por ejemplo, es la implementación del botón rojo por parte de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
“Nosotros vamos difundiendo esa información (Botón Rojo), principalmente a los integrantes del sistema, para que tomen medidas extraordinarias. Por ejemplo, se activen patrullajes a sectores de mayor alto riesgo. Le recomendamos a la comunidad que de esos lugares tengan aún mayor precaución. Porque, si bien es cierto, es- tamos con un alto riesgo de incendios forestales en la Región, hay lugares que tienen un mayor riesgo incluso”, expuso el director regional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), Ale- jandro Sandoval. Cabe mencionar que el indicador se actualiza cada tres días.
El nivel de daño en la temporada 2023 no es equiparable al periodo anterior (2021-2022) que solo alcanzó 16 mil hectáreas quemadas dentro de la Región, por lo que es clave tomar todas las medidas necesarias para que durante el 2024 no ocurra algo similar.
En la misma línea, las cifras oficiales de Conaf dan cuenta de que el 99,7 % de los incendios son causados por el ser humano, ya sea por negligencia, accidente o intencionalidad, siendo solo el 0,3 % por origen natural.
Lo último es la clara evidencia que la erradicación de los incendios forestales en el Biobío, y en el territorio nacional, depende de las personas al conciencia y evitar conductas de riesgo que puedan desencadenar catástrofes como las experimentadas en febrero de 2023.
El llamado constante a la ciudadanía es considerar la gravedad del uso del fuego en zonas de interfaz urbano- rural y aportar, en un mediano a largo plazo, a un cambio cultural de las personas en cuanto a asumir una conducta preventiva para evitar este tipo de siniestros, re- conociendo el valor de la autoprotección con acciones.