En medio de la velocidad, grandes edificios y el tráfico muchas veces congestionado que significa habitar en una capital regional, Concepción cuenta con un verdadero tesoro verde. Es más: ni siquiera es necesario alejarse tanto del centro de la ciudad o tener que depender de muchos medios para llegar a él. Se trata del Parque Nacional Nonguén.
Durante las últimas horas este volvió a abrir sus puertas al público, luego de estar cerrado por 27 días como una medida de prevención en el contexto de los incendios forestales que afecta a la Región del Biobío, y entre eso a varios puntos de la Provincia de Concepción.
Rodrigo Jara, director regional de la institución, explicó que “el incendio Omerhuet, que afectó a las comunas de Hualqui, Chiguayante y parte de la unidad ya se encuentra controlado, por lo que el riesgo de incendios ha disminuido en el lugar y las condiciones actuales afortunadamente permiten su reapertura”.
En ese contexto, el directivo llamó a cuidar el lugar que en la emergencia sufrió una afectación de ocho hectáreas.
“Es muy importante adoptar una conducta de corresponsabilidad, seguir las recomendaciones de los guardaparques y evitar todo tipo de comportamientos que puedan provocar un incendio forestal”, añadió.
El Parque puede ser visitado de martes a domingo de 9:30 horas a 16:30 horas (el ingreso a los senderos es hasta las 15:00 horas).
Además, toda visita debe estar registrada previamente en el sitio www.aspticket.cl.
Visitas que, tal como mencionó Conaf, tienen el deber y misión de ser parte activa del cuidado de este lugar. Uno que emerge como un patrimonio natural único en plena capital regional y que contribuye no solo al entorno y la dispersión, sino que al propio bienestar de los habitantes de esta zona que de forma constante llegan a sus instalaciones, las que sirven como una verdadera terapia para quienes contemplan su majestuosidad y belleza natural.
El cuidado del Parque Nonguén es una tarea amplia, de todos. No solamente debe recaer en la institucionalidad, sino que en la responsabilidad colectiva e individual de cada persona. La naturaleza y el mundo más que nunca necesitan este compromiso, tan grande como sus paisajes.