Editorial

Día Mundial de la Libertad de Prensa

La decisión de seguir adelante, o no, con un cambio constitucional, requiere nuestro compromiso total con la libertad de prensa y la veracidad de la información entregada.

Por: Equipo Digital 03 de Mayo 2022
Fotografía: Pexels

Este martes 3 de mayo se conmemora, como todos los años desde 1993, el Día Mundial de la Libertad de Prensa y tal como lo manifiesta la Unesco en su página web, la fecha es propicia para “evaluar la libertad de prensa a nivel mundial, defender los medios de comunicación de los ataques sobre su independencia, así como de rendir homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el desempeño de su profesión”.

Este día fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en cumplimiento de una recomendación aprobada en la 26ª reunión de la Conferencia General de la Unesco en 1991. Lo anterior, en respuesta al llamado que efectuaron periodistas africanos, tras la elaboración de la Declaración de Windhoek sobre pluralismo y independencia de los medios de comunicación.

Sobre el particular, nuestro país cuenta con variadas historias que dan cuenta de los obstáculos que han (hemos) tenido los profesionales de la prensa para el desarrollo de su (nuestro) trabajo. En los 17 años de dictadura hubo censura, manejo indiscriminado de la información y la muerte de periodistas y reporteros gráficos, lamentablemente, dejó de ser en una situación ajena.

Los avances durante el período de democracia, tras 32 años y siete gobiernos, han sido importantes, en particular en lo que dice relación con el acceso a la información. Sin embargo, los desafíos de cara al futuro son numerosos.

En la actualidad, no es difícil ser parte de o tener “un medio de comunicación” con las herramientas que brindan las redes sociales y, en ese sentido, la libertad de informar se puede confundir con el afán de ser los primeros (con la serie de intereses que hay detrás de ello), pero también con “dar cabida” a quienes “no tienen espacio” en otros medios. Pero informar no puede ser a cualquier precio. Las denominadas, fakenews (noticias falsas o, derechamente, mentiras) son caldo de cultivo para la generación de escenarios irreales y situaciones convenientes para determinados sectores políticos y sociales, que nos hacen muy mal como sociedad.

Un escenario como el actual, donde definiremos la conveniencia se seguir adelante, o no, con un cambio constitucional, requiere nuestro compromiso total, una vez más, por la libertad de prensa y la veracidad de la información entregada.

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