Editorial

Regulación emocional y los problemas de convivencia escolar

El foco exclusivo en los contenidos académicos ha generado un terreno fértil para la violencia. En cambio, el trato inclusivo, con respeto y el fomento a la participación y la colaboración crean las condiciones para un ambiente de buena convivencia.

Por: Editorial Diario Concepción 21 de Abril 2022
Fotografía: Archivo.

El retorno a clases presenciales, tras 2 años de modalidad online, ha llegado con una serie de complejidades. Según datos de la Seremi de Educación, se registraron más de 70 denuncias por malos tratos entre escolares. Hay problemas de socialización, de aprendizajes, de regulación emocional y cuadros de ansiedad y estrés entre alumnas, alumnos y docentes. En las primeras semanas de la vuelta a la presencialidad hubo un gran número de eventos reportados como “problemas de convivencia escolar”.

Hechos de violencia en las escuelas y liceos del país no son novedad. La diferencia es que el regreso en 2022 estuvo monitoreado más de cerca por los medios de comunicación y, principalmente, por el uso de las redes sociales para difundir eventos de violencia. A la vez, las comunidades escolares han dejado de ver las situaciones de acoso y abuso como algo normal. Las redes sociales han sido utilizadas para denunciar y visibilizar situaciones que hace algunos años eran aceptadas como parte de la convivencia en colegios, liceos y escuelas. Hoy la sociedad visibiliza y condena la violencia.

Los “problemas de convivencia escolar” tienen varias causas. La falta de contacto social debido a la crisis sanitaria, los modelos sociales de una sociedad que costumbra resolver conflictos con violencia, la dinámica familiar en esa materia y hasta las competencias socioemocionales de docentes, fundamentales para gestionar a niñas, niños y adolescentes en el proceso de adaptación a la presencialidad. Es decir, la violencia es multifactorial y por lo mismo no hay soluciones formateadas y prediseñadas.

Los especialistas coinciden en que las salas de clases no pueden convertirse en un espacio de mera recuperación del “tiempo perdido” con la virtualidad, lo que conlleva a una sobrecarga de contenidos para estudiantes y docentes. El foco exclusivo en los contenidos académicos ha generado un terreno fértil para la violencia. En cambio, el trato inclusivo, con respeto y el fomento a la participación y la colaboración crean las condiciones para un ambiente de buena convivencia. La definición e implementación de buenos protocolos, la formación socioemocional y el cambio cultural en las escuelas, colegios y liceos hacia una visión de convivencia, de respeto, inclusión y participación son parte de la gestión al regreso a la presencialidad, para luego formar parte de la cultura institucional.

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