Tenemos a héroes anónimos de la salud, del transporte, del comercio, construcción y de todos los sectores.
El Día del Trabajo como fecha conmemorativa fue establecido en París en 1889, y se convirtió en el reconocimiento a los mártires de Chicago en la mayoría de los países del mundo. Tres años antes, 200 mil trabajadores iniciaron una huelga para conseguir que la jornada laboral fuera de ocho horas, ya que se les obligaba a cumplir hasta 16, y luego de un duro enfrentamiento con muerto y heridos, 31 personas fueron enjuiciadas por el hecho. Dos de ellas fueron condenadas a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados, y cinco a la muerte en la horca. Es decir, la efeméride mundial recuerda a trágicos eventos relacionados con el mundo del trabajo.
Sin embargo, la fecha recordada en casi todo el mundo puede hacer con que en Chile olvidemos las tragedias propias, como los sucesos del 21 de diciembre de 1907, que culminaron en la masacre de la Escuela Santa María de Iquique. Ese día, y ante la negativa de los huelguistas de desalojar las salitreras, se ordenó a las tropas abrir fuego. Según testigos, hubo más de 200 cadáveres en la Plaza Montt y entre 200 y 400 heridos fueron trasladados a hospitales, de los cuales más de noventa murieron esa misma noche.
En pleno 2021, cuando se conmemora un nuevo Día del Trabajó, hay consenso de que se ha avanzado en muchos ámbitos en materia laboral, pero también en que persisten muchos desafíos para trabajadoras y trabajadores. Por ejemplo, la incertidumbre respecto a un puesto laboral que entregue seguridad y condiciones de vida dignas. En Biobío, 200 mil personas siguen en la informalidad laboral, un problema que fue agudizado por la crisis sanitaria. También sigue presente la necesidad de establecer, tras un vida de trabajo, un sistema de jubilación adecuado. Las actuales pensiones está muy abajo de las expectativas de quienes aportan décadas de sus ahorros. Hay deudas pendientes en capacitación de la mano de obra y, especialmente, con las personas mayores dispuestas a ser parte activa en el mundo laboral.
Hoy, en medio de una pandemia, miles de trabajadoras y trabajadores dejan a sus familias diariamente para garantizar que el país siga funcionando. Son fundamentales en períodos de normalidad e imprescindibles en un estado de emergencia. Las y los responsables por mantener el comercio, que acogen a los pacientes con enfermedades, que recorren las calles a diario para la recolección de los residuos domiciliarios. Verdaderos héroes anónimos de la salud, del transporte y de todos los sectores que han realizado tareas esenciales y que van en beneficio de toda la comunidad. A esas personas, nuestro reconocimiento por el Día del Trabajo.