El 44% de los chilenos subió de peso durante la cuarentena, según una encuesta de consumo de alimentos y ansiedad en Iberoamérica. Ello confirma el descuido en la alimentación.
El pasado 16 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Alimentación. Una efeméride que fue instaurada en 1981 por la Organización de las Naciones Unidas, y que tiene como principal finalidad, de acuerdo a su decreto de promulgación, “la consideración de que la alimentación es un requisito para la supervivencia y el bienestar de la humanidad, y una necesidad humana fundamental”. Sin duda, en medio la pandemia es uno de los aspectos más descuidados, pues para sobrellevar los largos confinamientos en el hogar, para muchas personas, comer asoma como una distracción importante y una manera de hacer frente a los largos periodos de encierro.
En Chile, las cifras confirman lo anterior. La “Encuesta de Consumo de alimentos y ansiedad durante la cuarentena por Covid-19 en Iberoamérica”, arrojó que el 44% de los chilenos aumentó de peso durante las primeras semanas de cuarentena. En el sondeo participaron 1.722 personas, y en el resto de los países hispanoamericanos, entre ellos Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Panamá, Costa Rica, Guatemala, México y España, el aumento de peso fue de 38,5% promedio.
El principal factor de esta importante alza es el aumento en el consumo de alimentos como pastelería casera y frituras. Además, la mayoría cambió su dieta desde que comenzó el confinamiento.
Por ello, resulta importante tratar de cambiar los hábitos alimenticios, aunque sea de forma gradual. Es muy complicado hacerlo en estos momentos, aunque también es pertinente recalcar que los indicadores de obesidad, malas costumbres alimentarias e inactividad física no son consecuencia de la pandemia. El confinamiento sólo ha acrecentado las preocupantes mediciones en estos ámbitos, que deben trabajarse de manera más detallada cuando las condiciones sanitarias lo permitan.
En esa misma línea, ahora que seis comunas salieron de la cuarentena, sería positivo que muchas personas empezaran a retomar rutinas de actividad física, o bien iniciarlas en caso de que no existiera esa costumbre. Y por ejercicio no sólo se entiende una rutina de alta intensidad, sino que perfectamente se puede comenzar con caminatas cortas, que permitan ir acostumbrando al cuerpo. Eso es un importante primer paso para empezar a cambiar esta preocupante realidad.