Editorial

Los urgentes y necesarios avances de la agenda social

Está la obligación de combatir la delincuencia y asegurar la seguridad ciudadana; pero, al mismo tiempo, tiene que haber, por parte del mundo político, señales de la voluntad de trabajar por el bien del país, con muestras concretas que efectivamente lleguen a la gente.

Por: Editorial Diario Concepción 26 de Noviembre 2019
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Para el ciudadano de a pie, lo que está ocurriendo se visualiza como historia conocida: un acuerdo esperanzador y transversal que parece, por fin, hacerse cargo de un asunto fundamental y universalmente deseable empieza a mostrar la letra pequeña. Surgen otra vez los intentos de negociar sin generosidad, con vistas a posicionamientos ideológicos, sin que los responsables de lo ocurrido se den por enterados que, para la gente común y corriente, lo importante son los avances reales y no el viejo espectáculo de intentar borrar con el codo aquello que se escribió con la mano.

Se sigue advirtiendo que Chile cambió; sin embargo, nuestros políticos se observan inmutables. En efecto, sus comportamientos siguen siendo los mismos, con falta de generosidad y tolerancia, sin la visión de enterrar el hacha de la guerra ante la presencia de un adversario mayor, como lo es el debilitamiento de la fe en la democracia. Ello, por contraste, puede hacer atractiva cualquier otra propuesta de cambio aún por definir.

El analista político Sergio Muñoz Riveros, en una columna de medio digital, sugiere convocar una “coalición de los sensatos», que pugne por un acuerdo transversal, más allá de las actuales divisiones partidistas, inspirado por un firme espíritu republicano, con el fin de buscar la paz, la libertad y el derecho, considerando que lo único que sirve a todos los sectores consiste en asegurar que no se interrumpa la continuidad constitucional.

La dinámica que debe imprimirse, además de transparentar la sincera intención de garantizar que en la construcción de una nueva Constitución participen realmente todas y todos los que allí debieran estar, es aquella de avanzar decididamente en la agenda social. Esta urgente tarea sí puede realizarse con los recursos del Estado y del mundo privado, ambas instancias que deben dar muestras objetivas y coherentes en sus declaraciones y acciones con el fin de que se pueda avanzar en remuneraciones y beneficios para sus trabajadores.

Algunas de estas señales podrían darse en tiempos acotados, evitando el clásico listado de ofertas. Por cierto, resulta muy necesario reemplazar esta agotada forma por medidas efectivas y resueltas con prontitud y amplia cobertura, que en la práctica favorezcan a la mayoría de los chilenos y chilenas, para dar respuesta a las urgencias de las personas. Entre estas medidas relevantes, destacan pensiones dignas para los jubilados, reducción real del precio de los medicamentos, un seguro catastrófico de salud para la clase media, el ingreso mínimo garantizado acorde con las necesidades de la gente con más escasos recursos, la disminución de las contribuciones para los adultos mayores, la creación de la Defensoría de las Víctimas, el reconocimiento de los DD.HH. de las víctimas en estos 35 días de protesta social, medidas muchas de las cuales están indicadas por el propio Ministro Secretario General de la Presidencia.

Hay, sin embargo, otras medidas urgentes que pasan por la auténtica voluntad de construir un mejor país, como lo son el ataque frontal a la corrupción; el término de la impunidad de los grandes robos de personajes de cuello y corbata (incluidos altos mandos de las Fuerzas Armadas), que no tienen castigo alguno; las evidentes malas prácticas; la tolerancia a abusos sobre el ciudadano común, indefenso ante las instituciones sordas e inalcanzables; la no tolerancia a las colusiones de las grandes empresas.

Está la obligación de combatir la delincuencia y asegurar la seguridad ciudadana; pero, al mismo tiempo, tiene que haber, por parte del mundo político, señales de la voluntad de trabajar por el bien del país, con muestras concretas que efectivamente lleguen a la gente. Para ello, se requiere enfrentar este complejo escenario con prontitud y silencio, para que sean los resultados los que hablen, más que las declaraciones en ruedas de prensa.

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