Editorial

Compromisos concretos con la infancia

Por: Editorial Diario Concepción 28 de Septiembre 2018
Fotografía: Referencial

Es posible pensar que para un numeroso colectivo de ciudadanos, venturosamente situados en sus zonas de confort, ajenos, por voluntad propia a los problemas que no se presentan en su entorno inmediato, la pobreza esté sencillamente en vías de desaparición, un proceso que irá disminuyendo con el paso del tiempo, como producto natural del progreso del país, por tanto, es asunto de esperar el curso natural de las cosas.

Las cifras nacionales, sin embargo, distan mucho de justificar ese grado de relativa indiferencia, de acuerdo a la encuesta Casen, uno de cada cuatro menores en Chile vive en situación de pobreza multidimensional, entendida por el Pnud como un concepto más allá de la falta de ingresos para la satisfacción de necesidades, sino más bien como personas que sufren carencias en otras dimensiones, como educación, salud, trabajo, seguridad social, vivienda y nivel de vida en general.

El año pasado, 177.915 menores de edad estuvieron en el sistema de protección del Sename y 6.656 de ellos vivían en residencias de esa organización en marzo de este año. Estos niños y niñas son derivados a residencias por tribunales de familia debido a graves vulneraciones en sus derechos y, según el informe del Instituto de Derechos Humanos (2017), un 69% presenta, además, problemas de salud mental, una realidad durísima que ha venido siendo conocida por capítulos cada vez más insoportables, por lo crudos y por la subyacente intención de enmascararla.

La protección de la infancia ha tenido una larga historia, no siempre exitosa o sostenible, de filántropos o instituciones de beneficencia para hacerse cargo de los niños en medio de la pobreza, o se ha elaborado políticas de Estado para salir al paso de esa situación de los niños, que para nuestra poeta laureada, no pueden esperar; “No podemos responderle “mañana”. Su nombre es “hoy”.

Las buenas nuevas provienen del empresariado chileno, una iniciativa desarrollada por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Comunidad de Organizaciones Solidarias, Asech, “en diciembre del año pasado, con el propósito de hacer un acompañamiento integral de los niños y jóvenes de las residencias de la red del Sename a lo largo de todo Chile, recogiendo un sentimiento compartido por el mundo de la sociedad civil, en términos del presidente de la CPC, para colaborar en la solución de problemas que afectan a los chilenos más vulnerables.

Las alianzas entre las residencias y las empresas buscan generar un plan de mejora continua que tenga realmente impacto en la vida de los niños. La idea es que las alianzas sean entre una empresa y un hogar que se encuentren ubicados relativamente cerca, en la misma comuna o región, para que los colaboradores de esa empresa puedan acompañar directamente a esos niños, una vivencia de cercanía que puede ser toda la diferencia entre éxito y fracaso, al proveer de una relación que de valor al emprendimiento y permita robustecer las acciones que se emprendan, aumentando la fuerza del vínculo entre los niños y las empresas y su personal.

El proyecto trabaja con 19 organizaciones colaboradoras del Sename, que administran 50 residencias a nivel nacional, con casi 40 empresas han decidido sumarse a esta cruzada solidaria por la infancia. Es el tipo de iniciativas que hacen falta, esas que permiten renovar la fe en la solidaridad de los colectivos nacionales e invita a moverse en parecida dirección.

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