Con pocas esperanzas, los habitantes chilenos de las regiones observaron el desempeño de los presidenciables en el último foro ante la televisión, para saber si había allí algo nuevo, un indicio más para tomar decisiones en el muy próximo acto eleccionario de este mes, también prestaron atención a cualquier indicio sobre descentralización, un interés natural, ya que desde la instalación del actual gobierno ha sido un tema, tan debatido, como estático.
Por supuesto que las regiones fueron mencionadas, en la idea general de gobernar con la gente, ya que sin esa declaración es imposible adoptar una posición políticamente correcta, independientemente del grado de sinceridad. Pero no hubo una declaración conclusiva en cuanto a intenciones de impulsar una dinámica en esa dirección, ninguno de los candidatos se ha salido del esquema usual sobre administración territorial de la nación.
La distancia inmensa que hay entre las iniciativas que se proponen en la capital no tiene visos de desaparecer, los tiempos, los montos, las prioridades, son tan diferentes que como se ha descrito en innúmeras oportunidades, que más parecen ser ejecutadas en otro país, no en el que viven el resto de los chilenos.
El último ejemplo ha ocupado grandes espacios de elogios autorreferentes de las autoridades y alguna polémica en cuanto al reconocimiento de los impulsores, en Santiago ya está en uso otra línea del metro, con un estándar muy por sobre lo que se había construido en relación a este tipo de obras. Los costos no han sido problema, del orden de 3 mil millones de dólares para esta nueva infraestructura, entre la Línea 6 y la Línea 4.
Nuestras autoridades no ocultan sentirse incómodas ante el contraste del progreso de las propuestas infinitamente postergadas de la región y la efectividad de esta gestión capitalina, en desproporción con la energía, trabajo e indudable compromiso empleados en impulsarlas. A título de ejemplo, el ya venerable proyecto de Metro penquista. Se había asegurado la existencia de un estudio de prefactibilidad, desde Fesur indicaron que el documento estaría listo a fines de 2015, a estas alturas es evidente que no ha ocurrido, como no ocurren otros avances, en otros proyectos que ya parecen mensajes simbólicos.
No ha sido un problema ejecutar la Línea 6 del Metro de Santiago, que tiene 15 kilómetros, pero si hay dificultades y posiblemente gravísimas para no ejecutar el proyecto de soterrar poco más de 800 metros de vía férrea entre Pedro de Valdivia y el sector Pedro del Río Zañartu, un anhelo propio de algunas generaciones de penquistas, al ver la ciudad dividida frente al río
Con el tono condescendiente usual de las autoridades en estos casos, el presidente del directorio de Fesur, admite “suena ideal que uno conecte el Parque Ecuador con el Parque Bicentenario”, añade que se espera que en marzo de 2019 se cuente con los resultados del estudio, donde se confirme o no el soterramiento de los 800 metros, sin mencionar que ya en el año 2015, el seremi de transportes declaraba que a fines de 2017 estaría terminado tal estudio, como parte de las obras que componen el proyecto Costanera Norte, la iniciativa para que la ciudad recupere el borde del río.
Está aquí la tarea de parlamentarios y cores regionales, hacer una región, no armarla a base de rogativas y favores cruzados, sino gestionarla con la fuerza de una región que se merece mucho más.