Editorial

Injusto trato a la pequeña y mediana industria

El plazo promedio de pago a las pymes subió 10 días, pasando de 45,9 días en el último trimestre de 2016 a 56 días en el primer cuarto de este año, una amenaza permanente para la solvencia de estos emprendimientos

Por: Diario Concepción 08 de Mayo 2017

Oue la pequeña y mediana industria, las conocidas pymes, no la llevan fácil, es un hecho, mucho más duro y complejo de lo que a primera vista aparece, a pesar de las declamaciones repetidas y por lo general vacías de actores de la política en momentos de elecciones. 

Según un informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo, en Latinoamérica existen cerca de 10 millones de micro y pequeñas empresas, generando el 47% de los empleos que hoy en día existen en la región, lo que es sin duda un número importante para la economía de un país, no solo por dotar de fuentes de trabajo, sino que también permitir aumentos de la productividad.

Este cuadro general no difiere de la realidad chilena, aproximadamente el 52% de las empresas inscritas en el Servicio de Impuestos Internos pertenece a la categoría PYME, siendo los sectores Comercio y actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, los que más concentran este tipo de compañías, un dato indudablemente valioso es que este tipo de empresas genera un 65% de los trabajos en Chile, en cifras más cercanas, más de cinco millones de chilenos trabajan en compañías micro, pequeñas y medianas.

Sin embargo, hay otros factores de igual o mayor importancia, por sobre los números está el hecho que este empleo es diverso y descentralizado, según el INE, un 61% de estos empleos se ubican en las regiones chilenas, posibilitando un desarrollo más equilibrado del país, mejorando la calidad de vida en las provincias y permitiendo una mejor distribución demográfica.

A pesar de esos robustos antecedentes, que habrían movido necesariamente a los gobierno a prestar particular atención al desarrollo de estas empresas, no solo han omitido respuestas, sino que además han permitido que sobre ellas se ejerza una regulación relativamente mucho más dura que para las grandes empresas, ya que no tienen los recursos para responder rápida y cabalmente a las reglamentaciones que se establecen o a las condiciones cambiantes propias de reformas en el sistema, como ocurre con los cambios tributarios o laborales.

La publicación reciente del Ranking de Pagadores que elaboran la Asociación de Emprendedores y la Bolsa de Productos, revela otro muro para la gestión de las pymes; el plazo promedio de pago a las pymes subió 10 días, pasando de 45,9 días en el último trimestre de 2016 a 56 días en el primer cuarto de este año. En nuestra región CAP Acero fue electo el mejor pagador de la mediana y pequeña industria a nivel nacional, por emitir el pago a 30 días de la facturación.

El presidente del Consejo Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, expresó su rechazo a las malas prácticas de grandes empresas compradoras o mandantes "si el promedio de los plazos subió a 56 días, para las pymes es mucho más, entre 80 y 90 días, situación que vivimos en toda su crudeza". De igual manera las empresas estatales, por ejemplo, el sector salud, donde según ChileCompra la demora en los pagos es de 72 días, cuando, según los empresarios, ese plazo puede llegar a 90 días.

Hay una asimetría evidente e insoportable, no es posible que las reglas permitan que las eventuales dificultades de las grandes empresas sean resueltas sobre la base de perjudicar a sus proveedores, todo el mundo parece estar de acuerdo en lo incorrecto e injusto de esta situación, pero no se ha pasado de las declaraciones, falta voluntad, sobra retórica.

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