Cuando es demasiado pedir

Cuenta la leyenda que un buen día un grupo de parlamentarios chilenos, presentó una propuesta para rebajar la dieta que perciben, incluso se cuenta que en julio de 2015, esa moción no logró entusiasmar a la mayoría, aunque hay que rescatar que cerca se anduvo, en esa oportunidad la votación fue de 49 votos a favor, 39 en contra y 9 abstenciones.

No se ha vuelto a saber de la sugerencia, en su oportunidad se explicó que para acceder a esa insólita propuesta era necesario cambiar la constitución, entre otras conmociones mayores, que por magnitud y complejidad era mejor dejar ese espinudo asunto para después.

Para la ciudadanía un avance de esa propuesta pudo haber sido muy positivo, una muestra de austeridad que podría contribuir a devolver dignidad y respeto a la los legisladores, muy tocados por la negativa imagen ante la opinión pública. En las palabras de uno de los proponentes del recorte, "lograr que la gente recupere la confianza de los que actuamos en la política, está claro que ninguno de los que estamos acá estamos por enriquecernos, sino que estamos por un afecto del servicio público".

Paralelamente, se pudo haber pensado que la postergación o el rechazo de la iniciativa tendría un efecto devastador sobre la imagen de los legisladores al confirmar la más nefasta de las profecías, que este colectivo tiene una noción más bien elástica de lo que son las señales de las buenas prácticas.

No ocurrió nada de aquello, solo unos comentarios irónicos y otros un poco más ácidos. No pasó a mayores, una situación preocupante, ya que demuestra que en realidad nadie creyó que esa posibilidad prosperase, se asumió que ese sector no tiene remedio. A pesar que hace tanta falta que se mejore.

PROCOPIO