Editorial

La metamorfosis del juego político

Con todos los inconvenientes y padecimientos, ha llegado la hora más esperada para los políticos, no precisamente para hacer un acabado resumen de lo que han venido haciendo, o el impacto que sobre la ciudadanía han tenido sus infaltables propuestas, sino para sacar cuentas y fijar posiciones, esto último casi un oxímoron, conociendo como se mueven esas aguas.

Por: Diario Concepción 06 de Mayo 2017

Con todos los inconvenientes y padecimientos, ha llegado la hora más esperada para los políticos, no precisamente para hacer un acabado resumen de lo que han venido haciendo, o el impacto que sobre la ciudadanía han tenido sus infaltables propuestas, sino para sacar cuentas y fijar posiciones, esto último casi un oxímoron, conociendo como se mueven esas aguas.

Se sumergen nuevamente, con renovados bríos en las recónditas maniobras de la por ellos llamada alta política, nivel de altitud que no todos los observadores comparten. En medio de rituales conocidos se acomodan las piezas en el tablero, con una cercana similitud al juego de ajedrez, cuyas reglas son más o menos las mismas que las que pueden aplicarse en ámbitos electorales, solo que más disimuladas y bajo cuerda en tiempos del prólogo.

Es un ajedrez un tanto especial, ya que a diferencia del juego clásico, aquí las reglas cambian continuamente, aunque básicamente se trata de combinar con mesurados cálculos el rol que desempeñan las diferentes piezas, las cuales son utilizadas con tanta astucia como pocos escrúpulos, en el arte de los posible no siempre los caballos se mueven en ángulo ni los alfiles oblicuamente. Aunque hay ilimitados enroques que permiten un ágil desplazamiento hasta que la tormenta pase y sobrevivan el rey o la reina, según corresponda.

Como en las grandes competencias, el público, o la ciudadanía, no termina de sorprenderse por la capacidad de mutar y reagruparse que tienen los jugadores en estos numerosos tableros. Hay una compensación para los amables espectadores, en todas estas estrategias hay un punto de sorpresa, alguien mueve el tablero y campeones predecibles tienen que cambiar de campeonato.

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