Editorial

La fuerza de los motivos

Parece obvio- pero no siempre- que para hacer algo bien, para liderar alguna iniciativa, para llegar a alguna parte, hay que tener motivos, mientras más fuertes y durables, mejor. La motivación es la condición sine qua non de cualquier proyecto en serio, de corto alcance o como plan de vida.

Por: Diario Concepción 12 de Abril 2017

Parece obvio- pero no siempre- que para hacer algo bien, para liderar alguna iniciativa, para llegar a alguna parte, hay que tener motivos, mientras más fuertes y durables, mejor. La motivación es la condición sine qua non de cualquier proyecto en serio, de corto alcance o como plan de vida.

Es una condición muy importante, independientemente de la meta propuesta, estar motivado es un imperativo indispensable. No dar a entender que se está motivado, o convencerse que es así como uno se siente, sino auténtica e indesmentiblemente lleno de motivos. Es, por ejemplo, la condición del aprendizaje, lo robusto y perdurable que sea está en directa relación con la fuerza de los motivos para aprender.

En el campo laboral es del mismo orden, la dificultad es que no siempre, dadas las dificultades para tener una plaza en el mundo del trabajo, se está donde uno quisiera, pero del mismo modo, hay que encontrar la razón de estar allí y usar esa razón como punto de apoyo y centro de lanzamiento.

Las claves para mantenerse motivado, o recuperar este estado cuando las cosas no salen bien, o todos los demás fallan en reconocer la calidad de nuestra tarea, es mirar el objetivo, mejor el distante que el próximo, para no perderse, no olvidar lo que se quiere en la vida y apreciar como lo que se está haciendo en cada momento ayuda a conseguir el sueño original.

La parte más difícil es la necesaria fuerza mental, la voluntad de propósito, para no amilanarse en tiempos de vacas flacas o viento en contra. Aparece aquí otro elemento a tener en cuenta, el apoyo de otros, que no estarán allí si se ha trabajado cabeza gacha, sin preocuparse de nadie. Dura lección para los enfermos de soberbia.

PROCOPIO

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