Documentos reservados de muy controlada circulación han empezado a trascender al público común y corriente, que empieza a sospechar que detrás de estas astutas propuestas existe la intención de pasar gatos por liebres, o peor, de confundir cuervos por azucenas.
Las recomendaciones que aparecen en esos documentos, se refieren a mecanismos infalibles para obtener rápida popularidad y lograr el apoyo de esos colectivos que mediante elecciones democráticas, pueden ubicarlos en sitios ricos en oportunidades.
Las primeras indicaciones sugieren ofrecer a la clase trabajadora la misma renta, pero trabajando menos, sin contaminaciones teóricas de productividad, por el momento, humanitaria propuesta que suele concitar rápida acogida. Como complemento, para los más recalcitrantes, se puede ofrecer menos horas de trabajo con reajustes dignos, es decir, de porcentajes variables por sobre el IPC, dependiendo del grado de credulidad de la asamblea.
Ha probado tener un espectacular impacto, cultivar los mecanismos necesarios que permitan a todos los trabajadores exigir bonos decentes de fin de conflicto, teniendo como referente las interesantes cifras logradas en otros sectores del mundo laboral del país.
Gobiernos progresistas, con emocionante sensibilidad social y visión de futuro, han ofrecido puestos inclusivos a parientes y seguidores, en calidad de asesores, asistentes, relacionadores, coordinadores y asesores, con honorarios que aunque reguleques, son atractivos por la notable flexibilidad de las jornadas de trabajo.
Hay suficiente evidencia que estas sencillas recomendaciones garantizan a los candidatos un largo y reposado buen pasar, úsense con discreción.
PROCOPIO