Editorial

El viejo arte de ponerse a escribir

A continuación la carta de un niño, seguida de explicaciones; "he recitado mi lectura, he desayunado, he llenado otra tablilla de escritura, la he terminado, después me han indicado mi recitación y, por la tarde, me han indicado mi ejercicio de lectura.

Por: Diario Concepción 27 de Marzo 2017

A continuación la carta de un niño, seguida de explicaciones; "he recitado mi lectura, he desayunado, he llenado otra tablilla de escritura, la he terminado, después me han indicado mi recitación y, por la tarde, me han indicado mi ejercicio de lectura. Al terminar la clase he ido a casa, he hablado a mi padre de mi ejercicio de escritura y ha quedado muy contento. Al despertar al día siguiente, por la mañana, muy temprano me he vuelto hacia mi madre y le he dicho: dame mi desayuno que tengo que ir a la escuela".

Este fragmento pertenece a un escrito de un estudiante de Sumeria y tiene más de cinco mil años. Se trata de uno de los primeros testimonios del aprendizaje del que está considerado como uno de los mayores logros de la humanidad: la escritura. Está plasmado en una tableta de arcilla, cocida después de escribir con caracteres cuneiformes, descubierta en Mesopotamia, donde ese invento revolucionario vio la luz, allá por los años 3.200 a.C. 

En esa época aprender a escribir era asunto de una vida entera, con miles de signos, dos mil años más tarde las cosas se habían simplificado, ya que era posible defenderse con apenas un centenar de signos, al menos para no hacer el ridículo. El escrito babilónico era un ejercicio eminentemente pragmático, nadie aspiraba al Nobel de literatura, lo que debía quedar claramente consignado eran los negocios, las cifras de las cosechas, los impuestos, las cabezas cortadas a los sublevados que nunca faltan.

Los sufridos estudiantes sumerios habrían dado cualquier cosa si hubieran tenido que usar solo los dedos pulgares en una pantalla con mensajes telegráficos de unas pocas letras y más encima no tener que poner el celular al horno para fijar el texto.

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