Editorial

Los que visten la túnica cándida

Antes que la República de Chile se ponga en estado de moratoria durante el mes de febrero, se jugarán las mejores cartas para enfrentar los desafíos propios de una meta relativamente visible al iniciar el mes de marzo. En esa ocasión será posible que los candidatos vistan, aunque sea virtualmente, la tunica candida.

Por: Diario Concepción 14 de Enero 2017

Antes que la República de Chile se ponga en estado de moratoria durante el mes de febrero, se jugarán las mejores cartas para enfrentar los desafíos propios de una meta relativamente visible al iniciar el mes de marzo. En esa ocasión será posible que los candidatos vistan, aunque sea virtualmente, la tunica candida.

Con la perspectiva de elecciones, la palabra candidato saldrá hasta en la sopa, hay que ponerla al día, saber exactamente qué significa. Para la inefable RAE puede ser, en primer lugar, una persona que pretende alguna dignidad, honor o cargo y también, el sueño del pibe, la persona propuesta o indicada para una dignidad, cargo, o pituto aunque no lo solicite.

El origen del término está, no muy originalmente, en el latín candidatus, que sin llamar a engaño describe al "que viste de blanco", ya que ese era el color de la toga que vestían los jóvenes patricios en edad suficiente para ingresar al cursum honorum , la serie ascendente de cargos públicos desde tiempos de la República

Por lo de blanco, puede ser sin doblez, sin malicia, casi ingenuo, como el blanco de las novias. Se esperaba que el candidato fuera puro y honrado para así representar al pueblo o al Estado. No por nada somos descendientes de la cultura latina, pasando por muchísimas estaciones, en cada una de las cuales fuimos aprendiendo cosas nuevas, así, desde el principio, salvo los más jóvenes, ser cándido no estaba ni por cerca, dentro de lo esperable.

No se puede ser cándido para esperar que nuestros candidatos sean exactamente albos como las túnicas en cuestión, pero si pueden y deben ser honestos, capaces, decentes y fieles a sus compromisos, aunque sea una candidez esperar una cosa así.

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