Editorial

Principios valóricos de la Teletón

Somos llamados a colaborar, ante las limitaciones del aparato estatal que no ha podido hacerse cargo en las dimensiones requeridas. La Fundación merece confianza por un buen trabajo, probado con hechos concretos, que la ha conectado con la ciudadanía.

Por: Diario Concepción 02 de Diciembre 2016

Puede ser una de las iniciativas que con mayor fuerza se ha apoderado del subconsciente colectivo chileno, que con el paso de los años ha llegado a integrar esta dinámica entrañablemente, a pesar de las lecturas paralelas y muchas veces subterráneas, que surgen frente a ideas de enorme magnitud, que justamente por sus dimensiones pueden albergar las infinitas variables del comportamiento humano, entre la solidaridad auténtica y la utilitaria.

El hecho escueto es que Mario Kreutzberger, tuvo la energía y voluntad necesarias para gestionar la unión de todos los chilenos, en tiempos de polarización y anormalidad política, en torno a una gigantesca obra de generosidad. En ese contexto, el 8 de diciembre de 1978, se dio inicio a la primera Teletón chilena, que duró 27 horas, transmitida completamente por la novísima televisión en colores y que concluyó exitosamente con una recaudación que parecía imposible; $ 84 millones de pesos, un 173,99% superior a lo que se había estimado como objetivo, aproximadamente 2,5 millones de dólares de la época.

El éxito llenó de orgullo al colectivo nacional. Incluyendo períodos de grandes dificultades, o crisis económica, la Teletón logró cumplir sus metas, cada vez más ambiciosas, salvo la versión XIII, en la cual no se alcanzó el objetivo de recaudación esperada. La última, la número 27, en noviembre del año pasado, recaudó US$ 42. 972. 

Salvo diez años en los cuales hubo elecciones y no se realizó la Teletón, han transcurrido 38 años, a lo largo de los cuales, en una declaración de la directora ejecutiva de la Fundación, Ximena Casarejos, la "Teletón ha sido un agente fundamental en el cambio cultural que ha experimentado el país con respecto a la manera en que nos relacionamos con el tema de la discapacidad". Un comentario que no puede ser más justo, hace cuatro décadas la discapacidad en Chile era poco menos que desconocida, un drama que cada familia asumía internamente y resolvía, en casos contados, con sus propios medios.

Esta iniciativa, transversal y de completa cobertura nacional generó un punto de no retorno en la actitud de la ciudadanía hacia el niño o adulto con capacidades diferentes, para muchos fue una revelación descubrir la fuerza y la perseverancia de las personas para vencer dificultades aparentemente insuperables, convertirse en miembros perfectamente integrados a la comunidad nacional, con competencias destacables, con la dignidad recuperada, participando con alegría y orgullo en el desarrollo de la Patria.

La Fundación Teletón y todos sus recursos humanos y de infraestructura requieren un permanente soporte, tanto por la complejidad de los problemas que le toca resolver, como por una creciente demanda, esta última motivada por el reconocimiento de una diversidad que antes se ocultaba.

Somos llamados a colaborar, ante las limitaciones del aparato estatal que no ha podido hacerse cargo en las dimensiones requeridas. La Fundación merece confianza por un buen trabajo, probado con hechos concretos, que la ha conectado con la ciudadanía, al considerar los intereses y necesidades de los usuarios y además por su inestimable aporte en promover la inclusión en distintos ámbitos, un valor que no termina de calcularse en toda su magnitud.

Teletón atiende anualmente a más de 26 mil niños y recibe más de 2.500 pacientes nuevos al año. Merece el apoyo del 100% de Chile.

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