La mayoría de los cursos de capacitación comienzan con una dinámica de presentación. "Me gustaría que se presentaran por favor" formula el relator. Las respuestas siempre incluyen las profesiones o el trabajo que realizan. Pero, ¿acaso somos lo que estudiamos? ¿O aquello en que trabajamos es lo que nos define?
El "ser" abarca algo mucho más extenso y por lo mismo, más complejo: determina las actitudes, los valores y las formas de vinculación social, todos elementos constitutivos del ser humano que lleva a cabo sus quehaceres cotidianos. Esta visión es la premisa fundamental del enfoque transdisciplinario.
El prefijo "trans" indica que la respuesta se da a través y más allá de la disciplina. Se trata del nivel más avanzado de interacción entre profesionales, pacientes y comunidad. Su objetivo es la comprensión del mundo presente por medio de la lectura de sus señales complejas. Se centra en el ser del hombre en el mundo o el Dasein de Heidegger.
Se trata más bien de un ser humano que hace uso del conocimiento adquirido, le da un sentido, lo moldea a las necesidades del prójimo y de paso nutre su alma, da reparo y confiere esperanza. En este proceso el profesional es además capaz de reconocer las dimensiones de su propia existencia. En resumen, el trabajo con otros no puede prescindir de una visión transdisciplinaria. Debemos replantearnos quiénes somos y qué podemos ofrecer en la relación con el otro.
Pero olvidemos por un momento los roles. Aquí no "son" pacientes, clientes, usuarios internos ni externos. Aquí son seres humanos interactuando con otros seres humanos, todos caminando por un sendero complejo, a ratos frío, a ratos amoroso, anhelando ser considerado en su contexto y con su propia circunstancia.
HYPATIA