Editorial

Tercer dique de Asmar, la saga continúa

No es posible presentar un frente dividido, sobre todo ante la suposición que el Gobierno tenga interés en encontrar argumentos para postergar este proyecto, ya que aún falta que se decida a aportar el 50% del costo, es decir, 75 millones de dólares, ya que los otros 75 los aportaría Asmar.

Por: Diario Concepción 09 de Julio 2016

No es posible presentar un frente dividido, sobre todo ante la suposición que el Gobierno tenga interés en encontrar argumentos para postergar este proyecto, ya que aún falta que se decida a aportar el 50% del costo, es decir, 75 millones de dólares, ya que los otros 75 los aportaría Asmar. 
 

Es de ese modo como en las cúpulas del Ejecutivo debe estimarse el lento reptar de las provincias y sus proyectos, asuntos que son aceptados en principio como plausibles, incluso en tiempos electorales, como indispensables, que pasan, a poco andar, desde la lírica del compromiso, a la ya conocida etapa de amnesia administrativa.

En esos vericuetos de la burocracia debe estar el Tercer Dique para Asmar, en Talcahuano. En junio de 2015 el Ministro de Defensa, José Antonio Gómez, recorrió las instalaciones navales, para observar las nuevas obras del recinto naval, entre ellas el Arsenal Naval Talcahuano, Asmar Talcahuano y la Fuerza de Submarinos.

Como dictan las buenas costumbres, elogia; "esta visita nos ha permitido conocer el trabajo que desarrolla la Armada… y lo que significa el desarrollo de proyectos tan importantes para la industria naval ", en lo relativo al tercer dique, su declaración es algo más ambigua; "es un proyecto relevante… todos los estudios que hemos recibido están en Defensa, en el Ministerio de Obras Públicas y otras instituciones. A partir de ese último análisis, se tomará la decisión de cuál será el camino final para construir o comprar el tercer dique que permitirá atender buques de grandes magnitudes".

Ese ha sido un capítulo, para nada el primero, en una sostenida campaña regional para estar al día en los requisitos navieros de un futuro que ya ha empezado a llegar. Ha habido un trabajo, aunque esporádico, de nuestros parlamentarios, se ha pedido directamente la participación de la Primera Mandataria, para conseguir un sitio en las huidizas prioridades de las obras públicas.

En resumen, como suelen ser las interminables sagas de las aspiraciones regionales, no se avanza. A fines de abril del presente año, al observar del estancamiento del proyecto para la construcción del tercer dique en los Astilleros y Maestranzas de la Armada en Talcahuano y el compás de espera de los siempre necesarios "nuevos estudios" los parlamentarios de la Región del Bío Bío, apelando a la "unidad política" se reunieron con el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. Sin embargo, no acudieron todos a la misma reunión, no percibieron, por falta de generosidad, o en busca de ventajas políticas, el peligro del divide et impera.

No es posible presentar un frente dividido, sobre todo ante la suposición que el Gobierno tenga interés en encontrar argumentos para postergar este proyecto, ya que aún falta que se decida a aportar el 50% del costo, es decir, 75 millones de dólares, ya que los otros 75 los aportaría Asmar. El seremi de Hacienda, Renzo Galgani, aseguró que se trabaja en estudiar la viabilidad y rentabilidad del proyecto, que si existe total voluntad política para llevar adelante una iniciativa que es beneficiosa para la nación. Sin embargo, precisó que hay que tener la certeza de que sea rentable, deslizando la conveniencia de "actualizar los números" de Asmar, por eventual fuga de inversionistas y menos clientes para el astillero.

No se aprecia una visión de Estado, para llevar a buen término una obra de gran envergadura, para potenciar el empleo, el desarrollo productivo, además del crecimiento y la reactivación económica de la Región. No es de extrañar, no hay peor ciego que el que no quiere ver. La gestión transversal de todos los actores regionales es indispensable para hacer realidad el tercer dique.

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