La ciudad observa un polo en expansión con una oferta cada vez más diversa y enfocada en la experiencia, el diseño y la identidad de cada local.
por Christian Kairies Gatica
En los últimos años, Concepción ha vivido un verdadero auge cafetero. Caminar por el centro o sus alrededores es encontrarse con una cafetería cada pocos pasos. Un ejemplo claro está en la “manzana” delimitada por las calles Cochrane, Chacabuco, Orompello y Ongolmo, donde se concentran al menos ocho locales de este tipo. Un espacio casi de frontera entre el centro de la ciudad y el Barrio Universitario.
Según Paula Candia, trabajadora de Café Low & Free, ubicado en esa manzana, esta tendencia e interés por el café proviene de Santiago, donde primero se consolidó el fenómeno. “Las regiones, entre comillas, van replicando eso; como ven que funciona en la capital, lo van copiando. Y aparte que, por el clima que hay acá se da harto espacio para este tipo de comercios”.
Candia añadió que, desde su experiencia, la clave está en la diferenciación. “Todas las cafeterías se diferencian en un diseño. Todas son diferentes o todas van enfocadas en alguna área específica (…) Por ejemplo, nosotros vendemos todo sin gluten, sin lactosa y sin azúcar (…) Al público le gusta porque no hay muchas cafeterías que estén enfocadas en eso. Muchas cafeterías son muy diferentes en realidad, tienen su temática, y eso hace que les vaya bien a cada una”.
Hugo Quintana, trabajador de Nube Café –también ubicado en la manzana mencionada– explicó que el auge cafetero comenzó hace más de una década, llegando primero a Santiago y siendo influenciado, principalmente, por tendencias europeas.
“Con el tiempo empezó a llegar a Concepción (…) Aparte, están las redes sociales, todo está globalizado. La gente ve por celular tendencias de ciertos estilos de cafeterías, ciertas preparaciones de café. Entonces, las personas empezaron de a poco a buscar ese tipo de cosas”, agregó Quintana.
Aunque se ha destacado la importancia del diseño y la temática en estos locales, para Quintana estos aspectos ya no marcan tanta diferencia. “No es lo trascendental (…) Eso se está volviendo muy normal, que todos tengan un estilo bonito. Entonces, por lo menos nosotros, estamos más enfocados en entregar un buen servicio. Nos aseguramos de ofrecer buena calidad de café, buenos productos (…) Nos estamos diferenciando en cómo atendemos, en generar una experiencia bonita, agradable para el cliente. Y nos está funcionando”.
Así también, Aurora Cartes, barista de Café Nativo –Avenida Chacabuco–, interpreta este auge como parte de una tendencia global. “Antes tomábamos más café instantáneo. Hoy hay más cultura cafetera y conocimiento sobre preparaciones y calidad”, dijo.
A su juicio, lo que más atrae hoy en estos recintos es la estética. “La imagen es lo que más importa. Los cafés ahora están vendiendo una estética, una moda, y también tienen cierto público específico (…) Se ha profundizado la cultura cafetera en Chile”.
Por su parte, Francisca Lavín, barista de Café Neutro, ubicado en Concepción, señaló que “el estilo de cada cafetería es lo que la diferencia del resto (…) Aquí en Concepción es muy raro que una cafetería no tenga un estilo propio, eso es lo que atrae, lo que vende”.
¿Rubro saturado o en crecimiento?
Ahora bien, en cuanto a la estabilidad económica del rubro en Concepción, Hugo Quintana precisó que este crecimiento también ha sido impulsado por antiguos trabajadores del área que decidieron emprender. “Muchos baristas que llegaron a su límite detrás de la barra se lanzaron con sus propios locales”, comentó.
Si bien reconoce que en algunos sectores hay una alta concentración de cafeterías –hasta ocho en una sola manzana, como el caso mencionado–, cree que cada una se mantiene gracias a su propuesta y tipo de clientela. “Cada cafetería se sustenta en su nicho. Cada una tiene cierta visión de lo que quiere entregar y los clientes van llegando a su lugar, se van acomodando al estilo de cliente al que quieren apuntar”, precisó.
Del mismo modo, la barista de Café Nativo cree que, pese a la abundancia de locales en el centro de Concepción, el crecimiento de la ciudad permite que aún haya espacio para más. “Aquí en el sector tenemos cuatro locales cerca y todos funcionan. A medida que Concepción crece, también crece la demanda por estos espacios”, dijo.
En esa línea, y por su parte, Francisca Lavín de Café Neutro reforzó que “este es un rubro que puede seguir creciendo y es porque Concepción también está en un aumento de población constante (…) Somos una ciudad llena de universidades y las personas se van rotando; eso permite que se generen cafeterías que, netamente por su diseño, generan atracción y clientela, ya que a ellas llegan personas que nunca las han visitado”.
Por último, Candia, de Café Low & Free, aseguró que en la ciudad existen las condiciones “para seguir abriendo más cafeterías. Mientras cada vez se diferencien más en lo suyo, teniendo su temática, su propio producto, creo que les puede ir bien (…) Concepción es una ciudad donde cada vez va llegando más gente a estudiar –como dicen, ciudad universitaria– entonces siempre habrá público para abrir nuevas cafeterías. Y aparte, a la gente de acá le gusta harto conocer y se rota por todos los comercios”.