Economía y Negocios

Patrimonio y negocios: casonas se transforman en nuevos espacios comerciales para pymes

Antiguos hogares del centro de Concepción han sido rescatados como nuevos espacios de emprendimiento.

Por: Equipo Economía y Negocios 11 de Noviembre 2022
Fotografía: Carolina Echagüe

Por Javier Mora Velásquez

Concepción es el punto de convergencia comercial de la Región del Biobío. En el sector céntrico se pueden encontrar tiendas y servicios de todo tipo, desde venta de productos de aseo hasta peluquerías y boutiques.

Destacan sus galerías como también edificios adaptados para el gran retail de las últimas dos décadas.

Sin embargo, ahora, poco a poco comienzan a proliferar nuevas propuestas en base al rescate y nuevo uso de las emblemáticas casonas del centro penquista.

Esos mismos inmuebles que alguna vez acogieron a familias locales y tras el paso del tiempo, y en algunos casos el abandono, ahora han ido tomando un giro que las ha transformado en sitios de emprendimiento.

De hogares a locales

Fachadas con nuevos colores. Patios amplios y totalmente adaptados para congregar varios locales a la vez. Eso es lo que se observa en este tipo de comercio alternativo que, de paso, entrega valor al patrimonio y sello arquitectónico local.

En calle San Martín (#756), La República es un ejemplo de la restauración y transformación de antiguas casas a espacios comerciales. La fundadora y restauradora, Constanza Catalán, declaró que “la idea es rescatar estas hermosas construcciones de las cuales nadie se hace cargo. Pero no era tan solo arreglarlas y listo, sino que darles una nueva vida y la opción más viable para mí en ese momento fue habilitándola como espacio comercial para emprendimientos creativos”.

“Esta casona data de 1888 y estuvo abandonada por muchos años. Logré un acuerdo con los dueños para limpiar, restaurar y arrendar la casa. Fueron más de seis meses entre la limpieza y restauración”, aseveró Catalán.

Catalán, explicó que este trabajo lo financió vendiendo las antigüedades que fue encontrando en el proceso a través de su tienda “El Bien de Diógenes”, que hoy atiende en este mismo espacio.

Entre las tiendas que se encuentran en La República, está el Café Lumus. Se describen como un “café literario”, donde los clientes pueden estar todo el tiempo que deseen para disfrutar el ambiente.

Yasna Sepulveda, profesora de profesión y cofundadora de Café Lumus, aclaró que “en Concepción, no tan solo hace falta la inversión inicial para emprender, sino que también necesitas una propuesta innovadora y llamativa. En mi rubro, hay tantas cafeterías que pueden vender el mismo café que nosotros, pero aparte del café damos acceso a literatura y a este espacio restaurado”.

Los nuevos patios

Otro caso es el de La Monarca. Todo comenzó en 2016 al interior de una casona patrimonial de calle Ongolmo.

Hoy si bien ya no operan en el mismo lugar si han mantenido la manera de operar desde casas antiguas, en el centro penquista. Aníbal Pinto (#143) , y Colo-Colo (#152) ahora acogen a las dos nuevas instalaciones de esta propuesta.

Según Sofía Catalán, administradora de La Monarca “no solo trabajamos con el área comercial, sino que también con el tema patrimonial”.
Los hogares que remodelaron son amplios, con un gran patio donde hospedan distintos tipos de negocios: una cafetería pet-friendly, bares de coctelería de autor y restaurantes de comida hogareña o francesa. Dentro de la casa también tienen otras pymes dedicadas a la venta de productos como ropa, vinos y artículos para mascotas o servicios como cuidado de pestañas y asesoría para el cuidado de plantas.

Otro ejemplo es Mantra Kubera. Su fundadora, Maritza Quiroga, inició este proyecto con el objetivo de “formar una familia de pymes y acercar a la gente a la moda consciente”.

“La casona llevaba más de cuatro años abandonada. En el patio había cientos de bolsas de basura, el pasto parecía una selva, tuve que renovar el piso del interior, cambiar las cañerías y el cableado”, contó Quiroga.

Mantra Kubera cree en la colaboración entre los y las emprendedoras. Por ello cobra una tarifa altamente flexible dependiendo de la jornada. “Durante el invierno tuvimos varios días o semanas de muy poca venta, y hubo días en que les cobraba un 50%, 25% o incluso nada de la cuota diaria porque yo sé que estarían entregando dinero que no tenían en ese momento”, afirmó la fundadora.

 

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