Economía y Negocios

Empresarios comienzan a vender sus camiones producto de la escasez de conductores

En el caso de Transportes Caliyú de Talcahuano su propietario traspasó ocho de 20 máquinas. Dirigentes del sector aseguran que es un escenario reiterativo en la zona.

Por: Nelson Ojeda 22 de Junio 2022
Fotografía: Archivo

“Prefiero vender los camiones, antes que tenerlos estacionados”. Yura Cáceres es un reconocido empresario de camiones de Talcahuano. De tradición en el rubro junto a su familia hoy es uno de los cientos de casos que han detectado desde las asociaciones del gremio: ventas masivas y sostenidas de máquinas, forzado por el déficit de profesionales del transporte de carga.

Recordemos que como ha detallado Diario Concepción a nivel nacional la escasez de conductores es de aproximadamente 25.000 siendo la Región del Biobío el punto de concentración con 10.000 a 15.000, de acuerdo a datos del rubro. 

Dentro de todas las repercusiones que esto ha significado en los sectores productivos, que son parte de la cadena del negocio del transporte como el forestal y el retail, es que ahora empresarios y trabajadores revelan esta nueva limitante. Juan Carlos Aguayo, presidente de la Unión de Transportistas y Conductores del Biobío, dice que es algo que se arrastra desde los últimos tres años. 

“Está pasando demasiado. Muchas flotas se están viendo afectadas por que no hay gente que quiera manejar”, dijo Aguayo, agregando que “muchos están optando por vender sus máquinas. Prefieren eso a tenerlas tiradas. Incluso en empresas  grandes vemos como venden hasta cinco camiones en espacios cortos de tiempo”.   

Vender y manejar

Yura Cáceres siente el golpe de la falta de choferes. Se traduce en que no solo ha tenido que vender, sino que “he llegado al punto en que yo mismo he tenido que subirme al volante y realizar los viajes. Y han sido varias ocasiones”. 

En su empresa (Caliyú) los números son claros, “tenía 20 camiones y vendí  ocho. Vengo con este problema encima desde hace unos dos años, aproximandamente. Falta gente y quienes están todavía en el rubro son personas que bordean la jubilación donde no se dislumbra un cambio generacional”, destacó Cáceres, a lo que Juan Carlos Aguayo agregó “o la gente cambia de rubro y se va al norte o simplemente se bajan de los camiones”.

 Miguel Sandoval representa justamente a este tipo de trabajadores. Tiene 61 años y por décadas se ha desempeñado en el transporte de carga peligrosa como el combustible. Dice que en este instante de su vida siente el cansancio y poco a poco busca oportunidades distintas cuando el reloj de la jubilación parece acelerarse. “La gente ya no quiere subirse a la máquina. Faltan incentivos para un trabajo donde la constante es pasar días lejos de la familia. Corres riesgos en la Macrozona-Sur, etc. En mi caso tengo un buen sueldo pero a esta edad prioriso llegar todos los días a dormir a mi cama y tomar once en familia”, contó Sandoval, quien por estos días ingresa a la industria de la maestranza y reparación naval.

Flota estacionada

Daniel Meza, encargado del Comité de Gremios de la Mesa de Comercio Exterior (Comex) del Biobío también confirma el escenario. Explica que hay un efecto en cadena y que termina en flotas reducidas y con efectos paralelos en las áreas de producción que conforman la cartera de clientes. 

“Tenemos carencia de mano de obra. Tenemos el alza desatada en el valor del petroleo que es bastante difícil poder traspasarla a los exportadores (…) En Chile hay 260.000 camiones. De esos el 80% pertenecen a personas que tienen desde uno a tres vehículos. Estamos hablando que el grueso de la flota pertenece a gente que no es parte de la gran empresa, son personas naturales. Y de eso tenemos en el país un 20% de camiones estacionados”.

Los entrevistados llegan a otro punto en común: la fuga de trabajadores se entiende por las largas jornadas lejos del hogar, la violencia rural y faltas de incentivo para los más jóvenes. “Se acabó la tradición de que abuelo, hijo y nieto son camioneros”, resaltó Miguel Sandoval, mientras que Yura Cáceres agregó que “muchos jóvenes temen ingresar a esta labor por el qué dirán. Aparte cada vez es más engorroso sacar una licencia de conducir para estas labores. Gran parte del problema está ahí porque los sueldos en este rubro son buenos”. 

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