Economistas y comerciantes locales analizan las posibles consecuencias por el alza de contagios con la nueva variante. El principal efecto apunta hacia la recuperación económica para el 2022.
Chile superó los dos millones de contagiados desde el inicio de la pandemia y durante las últimas tres semanas los números no han dejado de ir en alza. Con una positividad que ya supera el 17% a nivel nacional, cada día son más los nuevos casos reportados de la variante Ómicron.
La rápida propagación de la variante ha provocado nuevas restricciones de movilidad en varios países, agudizando la escasez de mano de obra y alimentando las interrupciones en la cadena de suministros del comercio global, lo que a su vez, impulsa la inflación que golpea a distintos países, entre ellos Chile.
La economía chilena registró en diciembre una caída del 0,4 % intermensual y un crecimiento de un 10,1 % con respecto al mismo mes del año anterior, en momentos en que la pandemia llevaba varios meses “estabilizada”, según datos del Banco Central.
Por otra parte, el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec), índice que reúne al 91 % de los bienes y servicios del producto interior bruto (PIB), fue menor a lo que esperaban los mercados, que estimaban un alza interanual de entre 12 % y 12,5 %.
El eventual efecto que pueda tener la nueva variante en la economía nacional es un tema de preocupación para el mercado, considerando las restricciones que se han establecido desde el inicio de la pandemia, además de los resguardos personales que podrían generar repercusiones en actividades ligadas al comercio y servicios como restaurantes y turismo.
Por lo pronto, economistas locales no ven que la variante Ómicron pueda generar un impacto relevante en el crecimiento, a diferencia de lo que ha ocurrido con las olas de contagios anteriores.
Claudio Parés, economista de la Universidad de Concepción, sostiene que la nueva variante no va a generar grandes repercusiones en el desarrollo económico del país y explicó que “lo peor de la crisis ya pasó, porque las empresas ya se acostumbraron a producir como lo hacían antes y la variante Ómicron, a pesar de que viene a recordarnos que la crisis todavía no se ha terminado, ya no va a cambiar las condiciones demasiado”.
Sin embargo, el economista advierte que se podría ver frenada la recuperación económica a nivel mundial y nacional. “El efecto de la nueva variante va a ser indirecto, en la medida de que la recuperación en el mercado va a ser más lenta de lo esperado para este año”, añadió Parés”
“Uno podría asemejar esto al ausentismo laboral que se genera en algunos periodos, pero los impactos son muy acotados y debería tener mayor consecuencia sobre la recuperación económica. Por otro lado, la gente y las empresas ya se han adecuado a operar bajo una situación de emergencia, como en los restaurantes y el turismo, que ya están normalizándose”, manifestó, por su parte, el académico de la Facea Ucsc, Andrés Ulloa,
En el comercio establecido, la preocupación por el alza de contagios por la nueva variante apunta a nuevas medidas restrictivas que se podrían establecer.
“En marzo podemos medir las consecuencias en nuestro comercio, porque enero y febrero es normal la baja en el público por las vacaciones. Nos tiene preocupados que a nosotros, como comercio establecido, nos restrinjan más con los aforos mientras en el paseo peatonal se ve a las personas comprando sin ningún cuidado sanitario. Eso merma nuestra ventas, porque las personas deben esperar afuera de nuestros locales”, sostuvo la presidenta de la Asociación Gremial de Comerciantes Establecidos de la Galería Alessandri, Teresa González.