De acuerdo con los consultados se trata de una herramienta que considera variables esenciales para el elaboración del presupuesto de la Nación como lo es estimar los ingresos estructurales.
Analistas regionales concuerdan en que el Producto Interno Bruto Tendencial es una herramienta que considera variables esenciales para el elaboración del presupuesto de la Nación.
Ariel Yévenes, economista del Observatorio de Corbiobío explica que entendemos por PIB (Producto Interno Bruto) tendencial como la capacidad productiva del país en un escenario que se encuentra exento de elementos vinculables a una crisis potencial y por tanto, ello implica que los factores productivos se encuentran utilizados a su plena capacidad.
Dice que este dato es importante, porque señala una proyección relativamente razonable de cómo se puede comportar la dinámica productiva en el mediano plazo, lo que permite definir los presupuestos con los cuales se ha de contar, conforme se cumplan los escenarios de crecimiento tendencial que fijan dichas proyecciones.
Por su parte, Andrés Acuña, académico del Departamento de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío Bío, coincide en que el PIB tendencial o potencial corresponde al nivel de producción que alcanza una economía tras utilizar al máximo la dotación de recursos con los que cuenta.
Además, aporta que en términos operativos, se suele estimar tras la aplicación de un filtro a la serie de tiempo del PIB real que permite observar la evolución de este indicador económico a través de los años. Filtros como Hodrick-Prescott, Baxter-King o Kalman permiten extraer el componente de tendencia de largo plazo, el que se interpreta como PIB tendencial.
Respecto de la importancia en el presupuesto, sostiene que al igual que el precio del cobre de tendencia, son insumos claves para la elaboración del presupuesto de la Nación, ya que ellos permiten estimar los ingresos estructurales que percibirá el gobierno central por la vía de impuestos, royalty minero, utilidades de Codelco, entre otros. Tales recursos le permitirán al gobierno de turno ejecutar inversiones, gasto público, programas sociales y solventar la estructura administrativa, cuyos montos constituyen la partida de gastos del presupuesto de la Nación.
El académico de la UBB detalla además que el presupuesto de carácter estructural debe generar un superávit estructural de 0.5% del PIB, de manera tal de estabilizar la trayectoria de las finanzas públicas y entregar una señal de disciplina fiscal.
Lamentablemente, en los últimos años actores políticos han tendido a relativizar la importancia de esta regla que contribuye a la estabilidad macroeconómica que nuestro país ha construido en los últimos 30 años y que han permitido un endeudamiento externo sano y promoviendo la inversión extranjera directa, afirma Acuña.
Caroll Francesconi, directora de Programas Advance de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad San Sebastián, comenta que para la estimación del PIB tendencial el gobierno llama a un comité de expertos independientes, quienes se basan en una metodología seguida por el Fondo Monetario Internacional y la Ocde.
De esta manera, permite proyectar la brecha entre el PIB efectivo y tendencial, lo que ayuda a calcular el balance estructural para estimar los ingresos del gobierno central y con ello autorizar un gasto público fundado y consciente.
Finalmente, el PIB tendencial en conjunto con la estimación del precio de referencia del cobre son variables que se utilizan para estimar los ingresos que el gobierno central obtendrá para presentar la ley de presupuestos, en este caso del 2022