Economía y Negocios

Roberto Quiñelem, el emprendedor penquista que “vaticinó” la pandemia para equipar a la primera línea sanitaria

Por: Felipe Placencia 12 de Noviembre 2020
Fotografía: Cedida

La pandemia golpea fuerte a la economía. Y las pequeñas empresas han sido afectadas. Algunos no pueden más, pero hay otros que resisten como si se tratara de una prueba de resistencia física y mental. Una que lleva meses.

Bien lo sabe Roberto Quiñelem Rupayán. Es el ejemplo en persona de alta resiliencia, tenacidad y perseverancia.
A comienzos de año, temía que su cuenta del banco iba a llegar a $0. Cualquiera habría pensando en desistir, pero el hombre detrás de Comercial Quiñelem, quien durante el año 2019 se dedicó a la venta de insumos dentales, optó por tirar la palabra “rendirse” al tarro de la basura.

Es que el año recién pasado no fue fácil tampoco para los aventureros del emprendimiento. En medio de la conmoción social reinó la incertidumbre, así que tenía claro que el 2020 sería clave para continuar.

Mirada clave

No obstante, algo estaba pasando en China. Un desconocido coronavirus comenzaba a afectar a la población. Las noticias parecían lejanas, tanto que pocos proyectaron que se trataría de una pandemia.

Quiñelem rápidamente optó por dar un giro. “Los elementos de protección serían escasos, por ello invertí todo lo que tenía en nuevos pedidos, confiando en que los porcentajes de venta según el mercado serían buenos”.

Tuvo razón. “Algunos de nuestros insumos de inmediato se vendieron recuperando rápidamente el doble de capital. Multipliqué mi inversión llegando de tan solo $25 mil pesos en el banco hacía marzo de 2020 a $25 millones en abril ”, aseveró.

Primera línea sanitaria

Su mirada fue clave para él y también para sus clientes del mundo de la salud, quienes para poder hacer frente al coronavirus, necesitaban todo tipo de elementos de seguridad.

“Me adapté a la realidad actual, percatándome que los médicos no tenían pecheras para protegerse. Así que busqué un modelo que fuera barato y que les ayudara. Así encontré unas que eran cerradas usadas en las pesqueras , hechas polietileno reciclado. Comenzando mi primer pedido con tan sólo 400 unidades, en menos de una semana me solicitaron 5.000 y luego 30.000”, aseguró.

No estuvo solo

Roberto Quiñelem llegó al Centro de Negocios Sercotec de Concepción por un aviso publicado en Facebook. Luego de participar en los talleres, se dan cuenta que debían organizar su idea en base a un proyecto de negocios, verificar costos, analizar marketing. Paralelo a eso recibe la asesoría especializada y gratuita de Alejandra Madariaga.

“Ese fue nuestro cambio, a mediados del mismo año comenzamos con la reorganización durante algunos meses, llegó el estallido social, quedando todo en espera, momento en que aprovechamos para seguir capacitándonos vía Internet. Aprendimos de Chile Compras, obtuvimos más medios de pago, trabajamos en marketing digital, y analizamos nuestro modelo de negocios. Proyectamos que para el año 2020 sería un año decisivo, ya que las ventas no daban ni siquiera para pagar la renta”, señaló el micro empresario.

Hoy da trabajo a un grupo de personas y sigue creciendo. Roberto Quiñelem detalló que en la actualidad siguen centrándose en los insumos de seguridad industrial y bioseguridad.

De hecho, cerraron un negocio con la transnacional Libus, compañía experta en seguridad a nivel latinoamericano con plantas en México, Argentina, Brasil. Y hoy son distribuidores oficiales de sus productos.

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